“Caminemos juntos para que la Palabra se difunda. Oremos juntos para que se haga la voluntad del Padre. Trabajemos juntos para que se cumpla en nosotros, lo que el Señor ha dicho”, lo dijo el Papa Francisco a los miembros del Comité para las Relaciones con las Iglesias de las Sociedades Bíblicas Unidas, a quienes recibió en el Vaticano, el primer jueves de octubre de 2017.
En su discurso, el Santo Padre recordando las palabras de San Pablo a los Efesios, saludó y recibió a todos los miembros de este Comité. “De parte mía – precisó el Pontífice – manifiesto el vivo deseo de que la gracia del Espíritu Santo este con ustedes y con todos aquellos que realizan todo esfuerzo para hacer conocer el Evangelio, facilitando el acceso a la Biblia en las lenguas más diversas y, hoy, a través de las múltiples formas de comunicación social”.
Somos servidores de la Palabra
“Somos servidores de la Palabra de salvación – señaló el Papa – que no regresa al Señor vacía. Dejarse pues, ‘herir’ por la Palabra es indispensable para expresar con la boca lo que en el corazón sobreabunda. La Palabra de Dios, de hecho – subrayó el Pontífice –«penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón» (Heb 4,12)”.
“Somos servidores de la Palabra de vida eterna, y creemos que no sólo de pan vive el hombre – puntualizó el Santo Padre – sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Cfr. Mt 4,4,). Pues, con la ayuda del Espíritu Santo, debemos nutrirnos en la mesa de la Palabra por medio de la lectura, la escucha, el estudio y el testimonio de vida. Nosotros dedicamos tiempo a quienes amamos, y aquí se trata de amar a Dios, que nos ha querido hablar y nos ofrece palabras de vida eterna”.
Resaltando la importancia de la palabra de Dios en la vida espiritual de los creyentes, el Papa Francisco resaltó que “somos servidores de la Palabra de reconciliación”, que nos ayuda a crecer en la veneración de su Palabra. “Somos servidores de la Palabra que ha salido de Dios y se ha hecho carne (Jn 1,14). Por ello, dijo el Pontífice, es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todo lugar, en toda ocasión, sin descanso, sin repulsiones y sin miedo. Y lo hacemos en obediencia al envío misionero del Señor y con la certeza de su presencia en medio de nosotros hasta el fin del mundo”.
También, el Papa Francisco recordó que, “somos servidores de la Palabra de verdad. Estamos convencidos – dijo – que la unidad querida por Dios puede realizarse solamente en la común adhesión a la integridad del contenido de la fe revelada. En materia de fe – agregó el Pontífice – el compromiso está en contradicción con Dios que es Verdad. En el Cuerpo de Cristo, el cual es camino, verdad y vida, ¿Quién podría considerar legitima una reconciliación actuada a precio de la verdad?”.
Antes de concluir su discurso, el Santo Padre comentando la Segunda Carta de San Pablo a Timoteo recordó que, “somos servidores de la Palabra de Dios poderoso que ilumina, protege y defiende, sana y libera”. Por ella – por la Palabra, dijo el Papa – muchos de nuestros hermanos y hermanas están en prisión y muchos otros han derramado su sangre como testimonio de su fe en Jesús, el Señor. “Caminemos juntos para que la Palabra se difunda – alentó el Pontífice – oremos juntos para que se haga la voluntad del Padre, trabajemos juntos para que se cumpla en nosotros, lo que el Señor ha dicho”.
(Renato Martinez – Radio Vaticano)
(from Vatican Radio)
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