sábado, 2 de septiembre de 2017

Papa Francisco: “La moral es una consecuencia del encuentro con Jesucristo”



La moralidad no es “puedes, no puedes” o “debes, no debes”, dice el papa Francisco. En un libro de entrevista con el investigador francés Dominique Wolton, confía que la “rigidez” le hace “temer” y espera que los pastores no reduzcan su predicación a la moral “bajo el cinturón”.
La revista francesa “Le Figaro” del 1 de septiembre de 2017 publica extractos del libro “Papa Francisco: encuentros con Dominique Wolton: política y sociedad” (Editions de L’Observatoire), cuya publicación está programada para el 6 de septiembre.
Durante una docena de reuniones privadas en el Vaticano, el Papa abordó la cuestión de la “moralidad” con el sociólogo: no se puede enseñar la moral, subrayó, “con preceptos como `tú no puede hacer eso, tienes que hacer eso, tienes que, no debes, puedes, no puedes´”.
“La moral es una consecuencia del encuentro con Jesucristo”, explicó. “Es una consecuencia de la fe, para nosotros los católicos. Y para otros, la moral es consecuencia del encuentro con un ideal, o con Dios, o con uno mismo, pero con la mejor parte de uno mismo. La moral es siempre una consecuencia”.
La reducción a la moral “bajo el cinturón”
El Papa advierte a los predicadores contra el “gran peligro” de “no sólo condenar la moralidad –pido perdón– `bajo del cinturón´”. “Pero los otros pecados, que son los más graves, el odio, la envidia, el orgullo, la vanidad, matan al otro, quitan la vida… no se habla tanto de eso”, observó.
Sobre la cuestión de la comunión con los divorciados, el Papa impugna las normas “fijas” y “fijas”. Le da a los pastores este consejo: “Hablad con los divorciados, hablad con los divorciados, recibid, acompañad, integrad, discernid!”.
Apunta con el dedo la “tentación de la Iglesia” de pronunciarse en términos de “no pueden hacer esto, eso”: “¡No, no, no! Este tipo de prohibición es lo que encontramos en el drama de Jesús con los fariseos. ¡El mismo! Los grandes de la Iglesia son aquellos que tienen una visión que va más allá, aquellos que comprenden”.
Guiado por esta preocupación por el discernimiento y el perdón, el Papa decidió extender el poder de absolver el pecado del aborto a todos los sacerdotes durante el Jubileo de la Misericordia. Una medida que ahora es permanente. “Una mujer que tiene una memoria física del niño, porque a menudo es el caso, y que llora, que ha estado llorando durante años sin tener el valor de ir a ver al sacerdote … ¿te das cuenta de cuantas personas están respirando por fin?” Insiste.
“Detrás de toda rigidez, –advierte el Papa– hay una incapacidad para comunicarse… es una forma de fundamentalismo. Cuando me encuentro con una persona rígida, especialmente con un joven, inmediatamente me digo que está enfermo… Tengo miedo de la rigidez. Prefiero un joven desordenado, con problemas normales, que se enoja… porque todas estas contradicciones le ayudarán a crecer”.
ZENIT

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