El día de su boda, Lourdes y Jaime, se fueron, a las 7 de la mañana, a la iglesia de San Antón del Padre Ángel, para regalar, servir y compartir el desayuno con los 300 sin techo del templo de Mensajeros de la Paz. Un desayuno por todo lo alto, con chocolate, café, churros, bollos y zumos. Era su regalo de bodas. El único regalo que pidieron a sus invitados.
Lourdes, de nacionalidad argentina, es publicista y Jaime, ingeniero. Dos católicos comprometidos, de los que pasan a la acción, para ayudar a los demás. De hecho, Lourdes conoció al Padre Ángel en la estación de tren de Budapest, en plena crisis de los refugiados sirios. Desde entonces, no han perdido el contacto y, a la hora de sellar su amor ante Dios y la Iglesia, quisieron hacerlo en el templo de su amigo, el padre Ángel, y compartiendo su felicidad también con los desfavorecidos.
La primera boda solidaria que se celebra en el templo madrileño abierto las 24 horas. "Es una forma nueva de casarse. Una forma solidaria, pensando en los demás. Una forma bella y evangélica", explica el Padre Ángel. Una forma de casarse que seguro que prolifera. "De hecho, ya tenemos lista de espera", añade el fundador de Mensajeros de la Paz, que pudo oficiar el matrimonio en su iglesia gracias a que el párroco de San Ildefonso, Pedro Luis López, autorizó la ceremonia.
A las 12, los novios regresaron de nuevo en San Antón. Esta vez, para casarse. El templo del Padre Ángel lucía todas sus galas para la ocasión. Alfombras rojas, altar y bancos adornados y cuatro monaguillos sin techo con sus roquetes blancos y sus sotanas rojas.
La novia, de blanco. El novio, de traje y pajarita. En la homilía, el Padre Ángel asegura "sentirse muy feliz de compartir con vosotros vuestra bella boda solidaria". Y, entre otras cosas, les recuerda dos frases que repite continuamente el Papa Francisco a los novios: "La familia perfecta no existe, ¡que vuelen platos! pero luego pidan perdón". Y el otro lema del Papa Bergoglio a los que se van a casar: "Permiso, gracias y perdón".
El templo de San Antón seguirá siendo la iglesia abierta las 24 horas, el templo de los sin techo, el hogar de la misericordia, un oasis de espiritualidad en el corazón del barrio madrileño de Chueca y, además, de ahora en adelante, el santuario de las bodas solidarias. Y es que, como suele decir el Padre Ángel, "hoy hay más solidaridad que nunca". Y en San Antón se nota.
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