“La Iglesia está llamada a ser un lugar de piedad y compasión, especialmente para los que han sufrido. Para todos nosotros, la Iglesia Católica sigue siendo un hospital de campo que nos acompaña en nuestro itinerario espiritual”, lo dijo el Papa Francisco en su discurso a los miembros de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, a quienes recibió en Audiencia el tercer jueves de septiembre.
En su discurso entregado, el Santo Padre saludó y agradeció a los miembros de esta Comisión Pontificia al comienzo de su Asamblea Plenaria, al mismo tiempo que les manifestó su aprecio por las reflexiones presentadas, ya que ellas, “han expresado muy bien el papel que pensé para la Comisión cuando la formé hace tres años – afirmó el Papa – un servicio que confío en que seguirá siendo de gran ayuda en los próximos años para el Papa, la Santa Sede, los Obispos y los Superiores Mayores de todo el mundo”.
El abuso sexual es un pecado horrible
Hoy, señaló el Pontífice, deseo compartir con ustedes el profundo dolor que siento en el alma por la situación de los niños abusados. “El escándalo del abuso sexual – precisó el Papa – es verdaderamente una ruina terrible para toda la humanidad, y que afecta a tantos niños, jóvenes y adultos vulnerables en todos los países y en todas las sociedades”. Sentimos vergüenza, agregó el Santo Padre, por los abusos cometidos por ministros sagrados, que deberían ser los más dignos de confianza. Pero también, dijo, hemos experimentado un llamado, que viene directamente de nuestro Señor Jesucristo: acoger la misión del Evangelio para la protección de todos los menores y adultos vulnerables. En este sentido, afirmó el Papa, “permítanme decir con toda claridad que el abuso sexual es un pecado horrible completamente opuesto y en contradicción con lo que Cristo y la Iglesia nos enseñan”. Por ello, los animo a seguir alimentando su compromiso personal de hacer todo lo posible para combatir este mal y eliminar esta ruina de entre nosotros.
El principio de “tolerancia cero”
“Hoy – reiteró una vez más el Obispo de Roma – que la Iglesia, en todos los niveles, responderá con la aplicación de las más firmes medidas a todos aquellos que han traicionado su llamado y han abusado de los hijos de Dios”. Las medidas disciplinarias que las Iglesias particulares han adoptado es responsabilidad primordial de los Obispos, sacerdotes y religiosos, de aquellos que han recibido del Señor la vocación de ofrecer sus vidas al servicio, incluyendo la protección vigilante de todos los niños, jóvenes y adultos vulnerables. “Por esta razón – afirmó el Papa – la Iglesia irrevocablemente y a todos los niveles pretende aplicar contra el abuso sexual de menores el principio de tolerancia cero”.
Esfuerzos de la Iglesia para proteger a todos los menores
Durante los últimos tres años, señaló el Papa Francisco, la Comisión ha enfatizado continuamente los principios más importantes que guían los esfuerzos de la Iglesia para proteger a todos los menores y adultos vulnerables. “Me llenó de alegría – dijo el Pontífice – saber que muchas Iglesias particulares han adoptado vuestra recomendación para una Jornada de Oración, y para un diálogo con las víctimas y supervivientes de abusos, así como con los representantes de las organizaciones de víctimas”. También es alentador saber cuántas Conferencias Episcopales y Conferencias de Superiores Mayores han buscado vuestro consejo con relación a las Directrices para la protección de menores y adultos vulnerables en todo el mundo.
La Iglesia lugar de piedad y compasión
Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco alentó a seguir llevando adelante las diferentes oportunidades de aprendizaje, educación y formación que realiza la Comisión. En este sentido dijo el Papa, “la Iglesia está llamada a ser un lugar de piedad y compasión, especialmente para los que han sufrido. Para todos nosotros, la Iglesia Católica sigue siendo un hospital de campo que nos acompaña en nuestro itinerario espiritual”. Es el lugar donde podemos sentarnos con otros, escucharlos y compartir con ellos nuestras luchas y nuestra fe en la buena nueva de Jesucristo. Por ello, señaló el Pontífice, confío plenamente en que la Comisión seguirá siendo un lugar donde podamos escuchar con interés las voces de las víctimas y de los supervivientes. Porque tenemos mucho que aprender de ellos y de sus historias personales de coraje y perseverancia.
(Renato Martinez – Radio Vaticano)
(from Vatican Radio)
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