Fernando Redondo Benito, vicepresidente de la Junta pro Corpus de Toledo, afirma que durante estos días de preparación y celebración del Corpus Christi, «nos encontramos con muchos mensajes equívocos y erróneos que pueden trastocar nuestra mirada de lo verdaderamente esencial: nuestra fe en la Eucaristía, nuestra fe en “el Misterio que constituye el corazón de la Iglesia” (Benedicto XVI)»
Debemos dejar claro que el Corpus no es una celebración ajena a la Iglesia católica, sino que es una celebración de la Iglesia católica; el Corpus no es una celebración única de Toledo, sino de la Iglesia universal; el Corpus se celebra en Toledo, pero no es exclusiva de Toledo; esta celebración dirige todos los sentidos a la Eucaristía, y no a los toldos, a las flores, a los adornos, aunque enriquecen y engalanan esta fiesta; esta celebración hace de Toledo una manifestación única, ciertamente, pero siempre al servicio de la Eucaristía.
Los mensajes son equívocos. Desde aquellos que quieren erradicar y eliminar toda simbología y presencia católica –los que querrían llegar a la reformulación de una famosa expresión, «todo con la Iglesia pero sin la Iglesia»– cuando precisamente es una celebración católica, a otros que denominan esta celebración como un producto.
Es cierto que en el Corpus participan los toledanos. Encontramos una respuesta global de la ciudadanía toledana, que se acerca a esta celebración para engrandecerla, para cooperar, para entregar su trabajo y colaboración. Sin los toledanos, esta celebración quedaría más mermada, puesto que son ellos los que acompañan con fe en el recorrido, los que llegan con sus plegarias ante Jesús Sacramentado, los que guardan respeto y silencio a su paso, poniéndose de rodillas o haciendo la señal de la Cruz.
El Corpus llena Toledo, pero no lo podemos reducir a Toledo, porque esta celebración nos abre el camino hacia todos los hermanos, todas las periferias, viviéndolo con toda la fraternidad católica, porque hablar del Corpus es manifestarla particularmente en la caridad.
No confundamos la parte con el todo
Otro equívoco es confundir la parte con el todo. La Custodia de Arte, con toda su riqueza artística e histórica, es la parte, porque Jesús Sacramentado es el Todo. Es muy habitual comprobar esa equivocación, porque totalizamos con la Custodia, como si no tuviera nada más. En el Corpus nos encontramos con Alguien, no con algo; la Custodia porta a Alguien, no es algo. No confundamos la parte con el todo, sino acerquémonos al Todo, al centro de la Custodia, donde verdaderamente está presente Jesucristo.
Los habituales equívocos y confusiones que nos transmiten durante estos días nos llevan a presentar «la urgente necesidad» para que esta fiesta cuente con muchas declaraciones, no sabemos muy bien si internacionales o interplanetarias, en una conjunción de voluntades erróneas. Por la propia naturaleza de la Iglesia, que es católica, podemos afirmar que la celebración del Corpus ya es universal, también misionera y apostólica. No necesita declaraciones ni nombramientos complementarios. No debemos encorsetar al Corpus Christi, porque esta celebración es Vida, esta celebración es litúrgica y eucarística, y no debe ser otra cosa.
Hagamos que acercándonos al Corpus, a las claras, podamos vivir una conversión que nos invita a la alegría del Evangelio, que nos invita a vivir la procesión eucarística con un gesto que responda al mandato de Jesús. Como señalaba el Papa Francisco en el Corpus del año 2016, «un gesto para hacer memoria de él; un gesto para dar de comer a la muchedumbre actual; un gesto para partir nuestra fe y nuestra vida como signo del amor de Cristo por esta ciudad y por el mundo entero».
Fernando Redondo Benito, Vicepresidente de la Junta pro-Corpus de Toledo
Alfa y Omega
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