El sacerdote y periodista Manuel Bru presenta su libro «Diez cosas que el Papa Francisco propone a los periodistas»
El sacerdote y periodista Manuel Bru acaba de presentar su nuevo libro, «Diez cosas que el Papa Francisco propone a los periodistas». La publicación, editada por Publicaciones Claretianas, forma parte de una colección en el que se recoge de una manera ágil y breve el magisterio del Santo Padre sobre temas muy concretos como la familia, la ecología, el sacerdocio…
Para el también delegado de Catequesis de la Archidióceis de Madrid, este libro es «una síntesis de la propuesta esperanzadora del Papa Francisco a todos los periodistas». Su presentación estos días coincide con la celebración de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.
Juan Pablo II y Benedicto XVI se han preocupado por la labor de los medios de comunicación, ¿podemos decir que ese interés es mayor en el Papa Francisco?
Yo no me atrevería a decir que es mayor porque todos los papas contemporáneos han tomado conciencia, cada uno en el momento que les ha tocado vivir, del desarrollo de las comunicaciones. Creo que el Papa Francisco sí aporta un cierto giro, al centrarse más en la dimensión humanística de la comunicación. No renuncia a dar un mensaje ético de la comunicación, la infoética, de la que tanto habló Benedicto XVI, pero prefiere detenerse en temas más de fondo.
¿Cuáles son esos temas de fondo?
Se trata de las preguntas fundamentales de la comunicación. Para qué comunicar, qué es noticia y qué relación establecen los medios de comunicación y los comunicadores con la realidad social y personal del mundo en el que vivimos. Yo creo que ahí está la novedad de Francisco. Es curioso porque contrasta con el mensaje que muchas veces se da de que Francisco no es un papa sabio como Benedicto XVI o con un Pontificado tan hondo como el de Juan Pablo II. El pontificado de Francisco, siendo muy comunicativo, conciso y directo es igual o más hondo que el de sus antecesores. La hondura filosófica de su magisterio también se manifiesta en sus mensajes sobre la comunicación social. Ningún Papa, por ejemplo, había insistido tanto en la vinculación que hay entre la comunicación social y los trascendentales del ser, como son la verdad, la bondad y la belleza. Esa visión, donde lo estético forma parte de lo ético y forma parte también de la relación con la verdad de los hechos, es un mensaje muy hondo y muy novedoso.
El Papa Francisco, ¿es crítico con la labor de los medios de comunicación?
Es crítico pero creo que es suave en las formas porque lo que plantea es una visión mucho más propositiva sin esconder una visión de fondo. Lo que pasa es que a diferencia de sus antecesores ha puesto el acento en otras cosas, como el colonialismo cultural del que ya había hablado Juan Pablo II o los temas sociales relacionados con la comunicación. Por ejemplo, qué parte de responsabilidad tiene el mundo de los medios de comunicación con un mundo en el cual aunque haya un desarrollo económico hay cada vez una separación mayor entre pobres y ricos. Este es un tema que ya había tratado sobre todo Juan Pablo II pero en Francisco es evidente. Son críticas muy serias pero la manera de plantearlas no es en clave de confrontación sino en una clave de proposición.
¿Qué es la «comunicación de proximidad» de la que tanto habla el Santo Padre?
La comunicación de proximidad tiene que ver con su propia impronta teológica. Tiene que mucho que ver con los principios de la Teología del Pueblo. Es parte de una visión muy sociológica que hace una crítica a las desigualdades sociales en la clave exclusión e inclusión. No se basa tanto en la distinción entre opresores y oprimidos que es más típica del lenguaje marxista y más propio de la Teología de la Liberación. La Teología del Pueblo abraza y reconoce también la opresión porque no deja de ser una exclusión pero es mucho más integradora de la complejidad de las relaciones sociales. Aquí se trata de si existen sectores sociales, grupos o personas excluidas o se busca más bien la integración. La integración tiene como mecanismo la proximidad. La gran labor de la comunicación social a favor de la integración es la proximidad, en contacto con la realidad de la gente. El único modo de poder contar la realidad es vivir y estar inmersos en la realidad. No el periodismo de despacho. La proximidad siempre favorecerá la integración frente a la exclusión. Todo lo que tenga que ver con estar próximo a la realidad, buscando que esa realidad se integre en la sociedad ya se está haciendo un periodismo comprometido y solidario.
En cuatro años de Pontificado, Francisco se ha referido a los medios de comunicación en un centenar de mensajes y discursos, ¿pero cómo es la relación del Papa con los medios de comunicación?
Yo creo que los trata con mucho respeto, con naturalidad. Todos los papas han ido ganando en naturalidad con respecto a los medios de comunicación, pero este mucho más. No hace falta más que ver las conversaciones en los aviones con los periodistas. Creo que ha ganado en transparencia. Eso no quiere decir que todavia puede haber muchas limitaciones pero creo que ha ganado en transparencia. Todavía queda mucho recorrido pero yo creo que se está avanzando mucho.
Una información subrayaba estos días lo permisivas que son algunas redes sociales como Facebook con contenidos que hacen apología de la violencia o que se saltan las leyes contra el honor, ¿cree que hace falta un magisterio sobre estos nuevos medios que también se han convertido en editores de contenido?
Tiene que seguir desarrollándose. El magisterio de la Iglesia está haciéndose, está en ciernes. El tema de las redes sociales lo afrontó de forma muy clara Benedicto XVI. El Papa Francisco está haciendo una valoración global, pero todavía no ha hecho una valoración más detenida. Desde el punto de vista global, su reflexión es muy acertada y tiene que ver esa visión ambigua –no en sentido negativo sino necesariamente ambigua– que plantean las redes sociales. Por un lado se plantean que las posibilidades que abren son inmensamente positivas, pero por otro se advierten que los peligros también pueden ser enormes. El Papa sigue insistiendo en esa idea pero hay nuevas situaciones que todavía no se ha afrontado.
Laura Danielle (ABC)
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