«No queríamos que el cambio se quedara en un libro al que solo tenemos acceso los sacerdotes», explica uno de los párrocos que ha aprovechado el nuevo Misal para organizar charlas sobre liturgia para sus fieles
«Por vosotros y por muchos». La nueva traducción de la fórmula de la consagración tendrá más fuerza que nunca en la tarde de este Jueves Santo. Para vivir mejor este momento, el oído de los fieles –y la lengua de los sacerdotes– se ha ido acostumbrando a la nueva edición del Misal durante toda la Cuaresma. Para facilitar la adaptación, además, los obispos miembros y los colaboradores de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española han recorrido las diócesis españolas explicando el cambio a sacerdotes y, en algunas ocasiones, también a laicos.
Es el caso de José Antonio Goñi Beásoain, delegado de Liturgia de Pamplona y Tudela y consultor de la Comisión de Liturgia. Él ha visitado desde Canarias hasta Vitoria, pasando por Ibiza. En varios de estos lugares, y en su propia diócesis, la presentación del Misal era abierta a los laicos. «La gente no se hace más problema sobre este cambio, ni es beligerante –explica–. Algunos sacerdotes sí protestan al principio. Pero cuando se les explica el porqué lo entienden y ven que tiene fundamento, que no es un capricho». Aunque sí conoció –añade–, a un sacerdote que «se lo había explicado a sus parroquianos por si iban a otro sitio, pero que él en su parroquia no lo iba a aplicar». El delegado de Liturgia confía en que «poco a poco se implante. Estos cambios se hacen gradualmente».
Una «puesta a punto»
José Luis Simón, párroco de la madrileña parroquia de San Leopoldo, reconoce que «me pasé las dos primeras semanas leyendo la fórmula al consagrar, por si me despistaba. Y en algún sitio donde aún no estaba el Misal nuevo, por inercia me seguía yendo al “y por todos los hombres”». Sus parroquianos, en cambio, no han tenido problema. Los dos sacerdotes de San Leopoldo habían dedicado a explicar el cambio las homilías del fin de semana anterior al I domingo de Cuaresma, y repartieron la carta de Benedicto XVI a los obispos alemanes en 2012 sobre esta cuestión.
Además, organizaron un ciclo de cuatro conferencias. El pro multis, reconoce Simón, se explica «en media hora. Pero en la parroquia buscamos ocasiones como esta para hacer una puesta a punto. Quisimos volver a explicar qué celebramos realmente en la Eucaristía»: el sacrificio actualizado de Cristo por cada uno, al que alimenta con Su vida. «Queríamos dar, a la gente que ya participa de ella con fe y devoción, palabras y razones para que también lo hagan con la cabeza. No queríamos que el cambio se quedara en un libro al que solo tenemos acceso los sacerdotes. Cuando intentas hacer la teología didáctica, la gente lo valora mucho».
Hasta los monjes
No es el único caso. En León –cuyo obispo, monseñor Julián López, preside la Comisión Episcopal de Liturgia–, se organizaron unas charlas cuaresmales en torno al Misal y a la Eucaristía. Fueron en la Real Colegiata de San Isidoro, muy vinculada al culto eucarístico porque tiene adoración eucarística prolongada. A Goñi, el delegado de Liturgia de Pamplona, un monasterio cisterciense de Palencia le ha pedido, también con ocasión de la nueva edición, que les dé un cursillo amplio sobre la Eucaristía.
En la diócesis madrileña de Getafe, el obispo auxiliar monseñor José Rico Pavés ha recorrido varios templos explicando los cambios y su relación con la institución de la Eucaristía. Uno de ellos fue la parroquia de Nuestra Señora de La Saleta, en la localidad de Alcorcón.
El párroco, José Antonio Medina, quiso «aprovechar para profundizar en el misterio de la Eucaristía» durante una de las catequesis parroquiales que cada segundo martes de mes reúnen a miembros de distintos grupos, áreas y movimientos de la comunidad. Al encuentro asistieron fieles de otras parroquias de la ciudad, porque Medina les invitó. La grabación se subió a la web de la parroquia, desde donde se ha descargado muchas veces, y se ofreció a Radio María, que la ha emitido varias veces.
María Martínez López
Una llamada a la misión
Para el sacerdote José Antonio Medina, párroco de Nuestra Señora de La Saleta en Alcorcón (Madrid), interpretar el «por muchos» de la nueva fórmula de la consagración «como una reducción del “por todos” a “por algunos” ha sido simplemente la lectura apresurada de unos pocos sin incidencia real en el pueblo de Dios».
En su carta a los obispos alemanes, Benedicto XVI recordaba varios textos del Antiguo Testamento en los que se afirma que Jesús «murió por todos». «El ser y obrar de Jesús –explicaba el ahora Papa emérito– abarca a toda la humanidad. Pero históricamente, en la comunidad concreta de aquellos que celebran la Eucaristía, Él llega de hecho solo a “muchos”».
Para el fiel, esto tiene tres lecturas: en primer lugar, la gratitud por haber sido llamado y poder «estar con Él». Esta cercanía implica, además, la responsabilidad de «ser luz en el candelero, ciudad puesta en lo alto de un monte, levadura para todos». Por último, es un antídoto contra el desánimo que se puede sentir a veces por «no ser en absoluto “muchos”, sino muy pocos». «Nosotros somos muchos y representamos a todos», concluía el Pontífice alemán.
Alfa y Omega
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