“Señor, que sea justo pero justo con misericordia”, esta esla oración sugerida por el papa Francisco para no caer en el ‘engaño hipócrita’ de la ‘casuística’ en la lógica del ‘se puede’ o ‘no se puede’.
Lo dijo el Santo Padre en homilía de la misa de este viernes en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, precisando que en el Evangelio de Marcos se indica que “la multitud lo seguía para aprender, porque él hablaba con autoridad” y “también para hacerse curar”.
En cambio un segundo grupo lo seguía para ponerlo a la prueba. El tercer grupo es el de los discípulos, que lo seguían porque lo querían y porque Jesús les había llamado.
Los doctores de la Ley le preguntan a Jesús si un marido puede rechazar a la propia esposa. Y Él “no les responde si es lícito o no; no entra en la casuística, porque ellos pensaban en la fe en términos de ‘se puede’ o ‘no se puede’. Y les pregunta: ‘¿Qué les ordenó Moisés?
Al responder a esta pregunta de Jesús, los doctores de la Ley “explican el permiso de Moisés para rechazar la esposa, y son justamente ellos a caer en la trampa, porque Jesús les califica de ‘duros de corazón’”.
Jesús les indica que “por esto el hombre dejará a su padre y a su madre” y se “pone en camino”, y “no son dos, pero una sola carne”.
El evangelista Marcos narra en su Evangelio que ‘el tercer grupo’ lo interroga nuevamente sobre el tema. Y Jesús es muy claro: ‘Quien repudia la propia esposa y se casa con otra comete adulterio hacia ella; y si ella, repudiada por su marido se casa con otro, comete adulterio”.
Alguien podrá objetar, señala el Santo Padre que Jesús fue a hablar con la adúltera, y con aquella pagana samaritana, y con uno que no era judío, y que bebió de un vaso que no había sido purificado. ¿Cómo explicar todo esto?
“Es el camino cristiano” dijo Francisco, porque “Él, pensemos a Mateo, Zaqueo, en los banquetes con los pecadores, iba a comer con ellos”. Y a aquellos que usaban la lógica del ‘se puede o ‘no se puede’, en otro paso del Evangelio, los califica de hipócritas.
Y esto lo hacían valer “con el cuarto mandamiento: se negaban de asistir a los propios padres con la excusa de que habían dado una buena oferta a la Iglesia. ¡hipócritas!”
Además no existe solamente la verdad, explicó el Papa, “también la misericordia, porque él es la encarnación de la misericordia del Padre”. No es fácil, pensemos a las tentaciones cuando se hacen negocios. Los negociantes dicen: “Yo puedo hacer hasta aquí, despido a estos empleados y gano más aquí”.
El camino “que nos hace ir de la casuística a la verdad y a la misericordia no es fácil: necesitamos la gracia de Dios para que nos ayude a ir adelante”.
Y la oración necesaria es pedir ser “justos en la misericordia com tú eres justo en la misericordia”. Uno de mentalidad casuística plantea: ¿qué es más importante en Dios, la justicia o la misericordia?. Este, asegura el Papa, “es un pensamiento enfermo”. En realidad “no son dos, es una sola cosa. En Dios la justicia es misericordia y la misericordia es justicia”.
Zenit
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