En Siria la frágil tregua alcanzada el 30 de diciembre con la mediación de Rusia, Turquía, con apoyo de Irán y de la que quedó fuera el Estado islámico está resistiendo. Una tregua amenazada también por hechos imprevistos, como el reciente atentado en Turquía.
En la ciudad de Alepo, el patriarca Mar Ignatios Aphrem II, primado de la Iglesia siro-ortodoxa ha presidido el primero de enero una oración por la paz en Siria en la catedral siro-ortodoxa de Efrén, junto a obispos cristianos y al obispo maronita Josph Tobji.
En esta iniciativa de oración común, al comienzo del nuevo año y con motivo de la Jornada Mundial por la Paz, han participado también sacerdotes de la Iglesia siria-ortodoxa, el obispo caldeo Antoine Audo y el reverendo Ibrahim Nseir, de la Iglesia Evangélica Árabe.
El Patriarca, los obispos y todos los presentes han rezado juntos por la paz en Siria y por el fin de la violencia, y en la oración han pedido de nuevo el retorno a sus hogares de los dos metropolitanos de Alepo desaparecidos en abril de 2013, el greco ortodoxo Boulos Yazigi y el sirio ortodoxo Mar Gregorios Yohanna Ibrahim.
El 13 de diciembre, monseñor Georges Abou Khazen, vicario apostólico de Alepo para los católicos de rito latino, le indicó a ZENIT: “La ciudad de Alepo finalmente esta por ser completamente liberada y unificada después de cuatro largos años de división y de muerte sembrada por varios grupos armados sirios y no sirios”. Indicó también que “estos grupos pertenecen todos a la galaxia del fundamentalismo islámico e imponían a la población los preceptos y las formas de vida que enseña el fanatismo, totalmente extrañas a la tradición del pueblo sirio”.
Zenit
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