martes, 24 de enero de 2017

24 de enero: san Francisco de Sales, obispo y Doctor de la Iglesia

De rancio abolengo alpino, Francisco de Sales (1567-1622), crecido en un ambiente de piedad recibió una educación exquisita que culminó con los Jesuitas en París, de donde pasó a Padua, ciudad en la que se doctoró en Derecho civil y canónico. En su maduración espiritual tuvo un papel decisivo el teólogo jesuita -y también diplomático pontificio- Antonio Possevino, que le inculcó el interés por la Teología y la obra de Santo Tomás de Aquino.
Sin embargo, su padre tenía proyectos más mundanos para él: quiso que ejerciera como abogado y pretendió que contrajera matrimonio con una joven de su rango y condición, pero el futuro santo respondió afirmando su firme vocación eclesiástica y poco después profesó los primeros votos. Ya como diácono, demostró ser un gran predicador. Una virtud que le fue de gran utilidad, cuando, ordenado sacerdote, tuvo que desplegar una gran labor de apostolado para frenar el auge del calvinismo entre sus paisanos e intentar que estos últimos volvieran al redil católico.
Precisamente, fue enviado a Ginebra, núcleo del calvinismo, como obispo coadjutor, pasando a ser, en 1602, el titular de la diócesis. Fue su último cargo eclesial, ya que renunció, durante una estancia en París, a ser el coadjutor del famoso cardenal De Retz. No renunció nunca en cambio, a propagar de forma incansable la fe católica y, a partir, de 1610, contó con la ayuda de la futura santa Juana de Chantal. Juntos fundaron la Orden de la Visitación.
De sus obras destacan especialmente la Introducción a la vida devota y el Tratado del Amor de Dios. En la primera, San Francisco glosa con sencillez los deberes de todo cristiano, transmitiendo como idea principal que sin buena voluntad, el hombre puede recibir la gracia de Dios. En la segunda, analiza en profundidad los grandes aspectos de la Doctrina católica. San Francisco de Sales es el Patrón de los periodistas. Canonizado en 1665, fue declarado Doctor de la Iglesia en 1877.
J.M. Ballester Esquivias (@jmbe12)
Alfa y Omega

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