miércoles, 21 de diciembre de 2016

Monseñor Viganò invita a dejarse sorprender por Dios para comunicar la Buena Nueva


El prefecto de la Secretaría para la Comunicación, monseñor Dario Edoardo Viganò, ha presidido este lunes en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro, la celebración de la Misa navideña, con numerosos empleados del dicasterio. Además –informa Radio Vaticana– han concelebraron unos veinte sacerdotes, entre los cuales Monseñor Lucio Ruiz, secretario del Dicasterio para la Comunicación; el padre Giuseppe Costa, director de la Librería Editorial Vaticana, y el padre Andrzej Majewski, director de los Programas de Radio Vaticano.
En su homilía, el prefecto ha pedido que «nos dejemos sorprender por Dios para poder comunicar al mundo la Buena Nueva de su Misericordia». Además, ha reflexionado sobre las figuras propuestas por las Lecturas del día, que muestran que «nada es imposible para quien se encomienda al Señor».
Deteniéndose en la misión de quien está llamado en la Santa Sede a comunicar la Buena Noticia de la Misericordia de Dios, monseñor Viganò ha desarrollado su homilía como «una peregrinación ideal siguiendo las huellas de los personajes propuestos por la Palabra de Dios».
Por otro lado, el prefecto ha recordado que «Dios que nos visita y pide que lo escuchemos, incluso cuando se revela de manera sorprendente, o fuera de nuestros esquemas e incluso en tiempos no previstos por nosotros». Y ha señalado que el Papa Francisco repite que «la oración es una llave que abre el corazón de Dios».
Al mismo tiempo ha precisado que «en estos oasis, en estos refugios del espíritu», el Señor «nos revela lo que desea de nosotros», «para responder a su llamada». Si no escuchamos, se ha preguntado, «¿cómo podemos dar una respuesta?». Una buena regla de comunicación: «escuchar, para entender y responder de modo sensato».
Monseñor Viganò ha exhortado a los empleados de la Secretaría para la Comunicación a «sentirse como dones recíprocos, o chispas de belleza», tanto «en el trabajo como en la propia familia».
«Se nos pide compromiso – ha añadido – respeto de las reglas, superación de las inevitables dificultades y tentaciones» que nos producen «fatigas, incomprensiones y decepciones, pero que nos hacen encontrar el camino de la fidelidad a Dios, a su llamada».
Zenit

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