Varios miles de personas han abarrotado este miércoles por la mañana la plaza Mayor para celebrar la fiesta de Santa María la Real de la Almudena con una Misa solemne presidida por el arzobispo de Madrid. En su homilía [íntegra en este enlace], monseñor Carlos Osoro, ha dado las gracias a la patrona de la diócesis «por ofrecernos a tu Hijo Jesucristo, rostro vivo y auténtico de Dios y del hombre». «Sostienes en tus manos a Nuestro Señor recién nacido en Belén y nos lo ofreces a los hombres. Así, en esta postura, con esta fotografía, te han reconocido como Madre de Dios y Madre nuestra, como Madre de Madrid –como subraya el lema de este año–, todos los que habitan estas tierras. Gracias por acompañarnos y abrirnos caminos de encuentro, gracias por enseñarnos a derribar muros, a crear puentes que nos unan a todos, a no hacer una tierra donde unos descartamos a los otros», ha aseverado.
El cardenal electo ha pedido a la Virgen «que mire a todos los que formamos parte de esta Comunidad de Madrid, a cada uno de nosotros, con esos sus ojos misericordiosos» y que nos ayude a «cuidar la vida», a mirar como ella y a ver a su Hijo «en cada ser humano que es nuestro hermano». Como ha resaltado, «la vida hay que cuidarla siempre, desde el inicio hasta su término, siempre haciéndolo con ternura». «Cuidar la vida supone sembrar esperanza siempre. Un pueblo que cuida la vida es sembrador de esperanza. Un pueblo que cuida a los niños y a los ancianos, cuida a todos. María nos enseña a cuidar la Vida. Cuidó a Jesús desde el momento que estuvo en su vientre y lo cuidó cuando estaba en la Cruz. [...] En las bodas de Caná, cuando María vio que no había lo necesario para hacer la fiesta, se dirigió a su Hijo para pedirle que interviniera sin mirar quiénes estaban. Lo hacía para todos. Porque igual que Jesús dio la vida por todos los hombres, a su Madre la hizo Madre de todos. ¡Qué tradición más hermosa salir aquí, en Madrid, a la plaza Mayor, para pedir a la Madre de Madrid que nos cuide y nos enseñe a cuidarnos los unos a los otros!», ha añadido.
En esta línea, como ha recordado monseñor Osoro, hace falta tener la mirada de María para «vernos entre nosotros de otra manera, no como enemigos, sino como hermanos». «Enséñanos a mirar para rescatar, acompañar y proteger; a mirar a los que naturalmente miramos menos y lo necesitan más: a aquellos que están desamparados, solos o enfermos, a los que no tienen de qué vivir, a los que están en la calle, a los que no conocen a tu Hijo ni la ternura que tienes de Madre», ha pedido; para luego animar a aceptar la invitación que nos hace la Virgen a «encontrar a Jesús en cada ser humano», a «no permanecer indiferentes ante el hermano».
«Establezcamos tal comunión con Dios que podamos decir al unísono del corazón de María: "Hágase en mí según tu palabra", "aquí estoy", disponible para dejarte entrar en mi vida y poder llevar, a los hombres que encuentre en el camino, lo que tú me das. Señor Jesucristo, gracias por darme como Madre a tu Madre. Que con su intercesión cuidemos la vida de los hombres, regalemos tu mirada a todos sin excepción y veamos siempre a un hermano. Santa María la Real de la Almudena, ruega por nosotros», ha concluido el arzobispo de Madrid.
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