Jaume Vives tiene 24 años. Periodista casi recién estrenado, es de los que no se conforman con ver las noticias por la televisión o hablar por teléfono con una fuente. «Empecé a ver en medios de comunicación residuales que había un genocidio de los cristianos de Oriente Medio. Yo era muy escéptico y no me lo creía, así que me fui a Líbano primero, y después a Irak».
El joven contó en el Congreso Católicos y Vida Pública que encontró en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, «testimonios de fe y coherencia que no se pueden explicar sin Dios». Recuerda especialmente al padre de la niña Myriam, conocida en el mundo entero tras una entrevista en la que «daba gracias a Dios por el ISIS». «Su padre nos dijo una frase: “Sé que ese 6 de agosto en que lo perdí todo el Señor entró en mi corazón y lo transformó”». «No es un loco, es que está enamorado del Señor. Y te da una patada en la conciencia».
C.S.A.
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