El primer día del viaje del papa Francisco a Georgia ha concluido con un encuentro con la comunidad católica del rito asirio-caldeo, en la iglesia de san Simón Bar Sabbae en Tbilisi. Se trata de la primera vez que un Papa visita un lugar de culto asiro-caldeo. A su llegada, el Santo Padre ha sido acogido por el patriarca de Babilonia de los Caldeos, Louis Raphaël Sako, y por el párroco de la iglesia.
A continuación, el papa Francisco ha ido en procesión hacia la capilla del santísimo, entre los fieles de la diáspora asiro-caldea. Y después un canto y una oración en arameo, el Santo Padre ha realizado una oración por la paz.
De este modo, el Pontífice ha recordado que la cruz “nos libra del pecado, origen de toda división y de todo mal” y la Resurrección “rescata al hombre de la esclavitud del fracaso y de la muerte”. Así, ha pedido: “Señor Jesús, por tu gloriosa pasión, vence la dureza de los corazones, prisioneros del odio y del egoísmo” que arranque “de su condición a las víctimas de la injusticia y de la opresión” ya haga “brillar el triunfo de la vida”.
El Santo Padre también ha pedido a Dios que una a su cruz “los sufrimientos de tantas víctimas inocentes”, “los niños, los ancianos, los cristianos perseguidos”. Y ha pedido por los que “se encuentran profundamente heridos: las personas abusadas, despojadas de su libertad y dignidad”, por los “exiliados, los refugiados y quienes han perdido el gusto por la vida”.
También ha tenido presente en la oración a los “pueblos en guerra”, para que “aprendan el camino de la reconciliación, del diálogo y del perdón”. Del mismo modo ha mencionado a los “pueblos desfallecidos por las bombas”, en concreto por Irak y Siria. “Sostén a los cristianos de la diáspora y concédeles la unidad de la fe y del amor”, ha pedido el Pontífice.
Para concluir el encuentro, el Santo Padre ha impartido su bendición a los presentes.
En declaraciones a la agencia Fides, el patriarca Sako había indicado que durante el encuentro, le diría al Santo Padre que “esperamos que nos visite próximamente en Irak. Allí necesitamos de su presencia y de su apoyo”.
En el encuentro con el Papa han estado presentes 12 obispos caldeos, veteranos del Sínodo anual que se acaba de celebrar en Erbil, capital del Kurdistán iraquí. Además de los fieles de la comunidad asirio-caldea presente en Georgia, también han recibido al papa Francisco varios grupos de fieles caldeos procedentes de los EE.UU., Francia y Canadá, junto con un grupo de caldeos que actualmente están viviendo con el estado de refugiados, después de abandonar sus hogares ante el avance de los yihadistas del Estado islámico, ha explicado el patriarca.
En Georgia, viven alrededor de 10 mil cristianos pertenecientes a las comunidades caldea y asiria. Sus raíces iniciales en el Cáucaso se remontan a los flujos migratorios que se registraron en la primera mitad del siglo XIX y que se incrementaron a principios del siglo XX, debido a las persecuciones sufridas también por los asirios y caldeos durante la Primera Guerra Mundial. “El encuentro con el Sucesor de Pedro” declara a la agencia Fides el patriarca caldeo, “será un momento fuerte, y lo viviremos para ser confirmados en la fe, en la esperanza y también en la elección de perseverar y permanecer en nuestra tierra martirizada”.
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