sábado, 13 de agosto de 2016

Oh Dios, crea en mí un corazón puro.


Sal 50, 12-13. 14-15. 18-19 

Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Oh, Dios, crea en mi un corazón puro, 
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro, 
no me quites tu santo espíritu.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Devuélveme la alegría de tu salvación, 
afiánzame con espíritu generoso. 
Enseñaré a los malvados tus caminos, 
los pecadores volverán a ti.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Los sacrificios no te satisfacen: 
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. 
El sacrificio agradable a Dios 
es un espíritu quebrantado; 
un corazón quebrantado y humillado, 
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

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