lunes, 22 de agosto de 2016

"La puerta de la misericordia de Dios está siempre abierta de par en par para todos"


 "Nuestra vida no es un juego ni una telenovela; nuestra vida es seria y el objetivo al que llegar es importante: la salvación eterna". El Papa Francisco abordó el "camino de la salvación" que llega por la "puerta estrecha". Una puerta que no está cerrada a nadie, pero que precisa que dejemos fuera nuestros pecados, miedos y orgullos. "La puerta de la misericordia de Dios está siempre abierta de par en par para todos", aseguró el Pontífice.
En su alocucón, Bergoglio explicó a los fieles que esa imagen de la "puerta" es una metáfora en la que Jesús mismo es la "puerta" que nos conduce "a la comunión con el Padre". "No es una cuestión de número, de saber cuántas personas se salvarán, sino de que todos sepan cuál es el camino que lleva a la salvación", y será allí donde se encontrará "el amor y la protección".
"Todo camino -improvisó el Papa- tiene que tener una puerta. ¿Pero cómo es esa puerta? ¿Dónde está? ¿Quién es la puerta? Jesús es la puerta". Y es que "Jesús nos conduce a la comunión con el Padre", porque es allí "donde encontramos amor, comprensión y protección".
¿Por qué es una puerta estrecha? "No porque sea una puerta opresiva, sino porque constriñe nuestro egoísmo y nuestros miedos, y se abre a todos los que nos reconozcamos pecadores, necesitados de su perdón. Por eso es estrecha", añadió el Papa.
"La puerta de la Misericordia de Dios es estrecha, pero siempre está abierta para todos. Dios no hace preferencias, acoge siempre a todos sin distinciones. Una puerta es estrecha para ocultar nuestro orgullo y nuestro miedo", y abierta a "un flujo incesante de misericordia, que abate toda barrera, abre sorprendentes vías de luz y de paz. La puerta es estrecha pero está siempre abierta", porque "Jesús nos llama a la vida abierta, plena y feliz".
Jesús nos espera, no importa "cualquier pecado que hayamos cometido", para "abrazarnos, ofrecernos su perdón. El solo puede transformar nuestro corazón, dar sentido pleno a nuestra existencia, dándonos la verdadera alegría. Entrando por la puerta de Jesús, la puerta de la fe y del Evangelio, no podremos tener miedo de los egoísmos la usura, la mundanidad. Cuando entras en contacto con el amor y la misericordia de Dios, nuestra vida se ilumina con la lucha del espíritu, una lucha inextingible".
Como viene siendo habitual, el Papa se detuvo y pidió a los fieles meditar, en silencio "sobre las cosas que hay dentro de mí y que me impiden atravesar la puerta: mi orgullo, mi soberbia, mis pecados... y pensemos en la otra puerta, abierta por la misericordia de Dios, que del otro lado nos espera para darnos el perdón".
"El Señor nos da tanta oportunidades para entrar por la puerta de la salvación", recalcó Bergoglio, quien añadió que "no valen discursos académicos sobre la salvación", como "aquel que preguntó a Jesús sobre "cuanto se salvarán". "Tenemos que aprovechar las ocasiones de salvación".
Después de la oración del Ángelus, Francisco recordó y rezó por las víctimas del "sangriento atentado" ocurrido en Turquía este sábado en el que han muertos decenas de personas. El Papa rezó un Ave María por ellos y pidió "el don de la paz para todos".
Después saludó a los peregrinos italianos y a diferentes grupos de fieles llegados de diversos países del mundo como la Asociación Santísimo Redentor de Manfredonia y a los jóvenes del comedor de Cáritas Roma.
 Jesús Bastante

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