San Lorenzo (mártir), nació en Huesca, Aragón, España , en el siglo III. Era uno de los diáconos de la iglesia romana, fue una de las víctimas de la persecución de Valeriano en el año 258, al igual que lo fueron el Papa Sixto II y muchos otros clérigos romanos.
A comienzos del mes de agosto del año 258, el emperador emitió un edicto ordenando matar inmediatamente a todos los obispos, curas y diáconos.
Esta orden imperial se ejecuto inmediatamente en Roma. El 6 de agosto, el Papa Sixto II fue capturado en una catacumba y ejecutado de inmediato.
Cuatro días más tarde, el 10 de agosto del mismo año, Lorenzo, el último de los siete diáconos, también sufrió la muerte de un mártir.
San Ambrosio de Milán y el poeta Prudencio, dieron detalles concretos sobre la muerte de San Lorenzo. Ambrosio relata ( De officiis min. Xxviii ) cuando se le preguntó a San Lorenzo por los tesoros de la Iglesia, este, hizo comparecer a los pobres entre los que, en lugar de darles limosna, había repartido el tesoro.
También contó que cuando se llevaban al Papa Sixto II para ejecutarlo, éste reconfortó a San Lorenzo que deseaba compartir su martirio, diciéndole que le seguiría en tres días.
El santo Obispo de Milán también explica que San Lorenzo fue quemado hasta la muerte en una parrilla de hierro (De offic., xli). De igual manera, pero con más detalles poéticos, Prudencio describe el martirio del diácono romano en su himno a San Lorenzo("Peristephanon", Hymnus II).
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