Un grupo de encapuchados entró por la fuerza en la iglesia de la Gratitud Nacional, en el centro de Santiago de Chile, donde destruyó diversos objetos, además de robar artículos religiosos, entre ellos un gran crucifijo que fue destrozado en la vía pública.
Entre 10 y 15 sujetos entraron en la iglesia tras forzar las puertas, extrajeron imágenes religiosas y un crucifijo, que después destruyeron totalmente en plena Alameda de Santiago. Parlamentarios de diferentes sectores han condenado el hecho y han afirmado que no está relacionado con las demandas de los estudiantes. Según destaca el intendente David Morales, "en el último tiempo (no se ha producido) una marcha con los niveles de violencia como la marcha del día de hoy", informa el portal BioBioChile.
Bajo las consignas "Chile se cansó" y "A cambiar la mala educación", las principales organizaciones de estudiantes de Chile encabezaron el llamado a la movilización este jueves, lo que se suma a la lista de acciones emprendidas en las últimas semanas. "Educación pública, gratuita y de calidad" ha sido el principal motor que ha impulsado a los estudiantes en Chile a retomar las calles de Santiago.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, condenó hoy el ataque realizado por un grupo de encapuchados a una iglesia de Santiago, en medio de una manifestación estudiantil, y anunció acciones legales en contra de quienes resulten responsables.
"La violencia, con o sin capucha, es inaceptable, por lo tanto nosotros vamos a tomar las medidas que correspondan respecto a la gente que hace este tipo de actos vandálicos", señaló la mandataria.
El episodio fue uno de los más violentos que dejó este jueves la protesta estudiantil, que congregó a unas 150.000 personas, según sus organizadores, y terminó con un saqueo a la Iglesia de la Gratitud Nacional, ubicada en la Alameda, la principal avenida de la capital chilena.
El ministro del Interior, Mario Fernández, visitó en horas de la tarde el monumento nacional afectado y confirmó a los periodistas que el Gobierno interpondrá una querella por los daños ocurridos.
El arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati lamentó el ataque que sufrió la Iglesia Gratitud Nacional, ocurrido en medio de una movilización estudiantil.
"Reafirmo una preocupación profunda. La preocupación por reconstruir el diálogo y la paz en nuestra sociedad actual (...) Estos hechos violentos -que lastimosamente se hacen cada vez más frecuentes- evidencian una crisis de la conciencia nacional. Por ello quiero volver a repetir las palabras que en otro tiempo pronunció mi predecesor, el cardenal Raúl Silva Henríquez: 'Matemos el odio antes que el odio mate el alma de Chile'". expresó.
En ese sentido, el líder de la iglesia católica añadió que "con humildad y serenidad pido a quienes están realizando estos tipos de actos, que reflexionen sobre la necesidad de que exista respeto entre todos nosotros".
Ezzati expresó su intención de hacer un "llamado amplio, a toda la comunidad nacional, a que nos detengamos y pensemos seriamente: ¿Cuáles son las causas más profundas de este desencanto y de este clima de violencia?"
"Ciertamente hay causas profundas. Tenemos que saber escucharlas y discernirlas. En el Chile de hoy hay serias situaciones de injusticia social, que no deberían existir. Hagamos el esfuerzo de volver a dialogar sobre nuestra vida en comunidad".
Por último, dijo que "esta invitación es también para el movimiento estudiantil. Estos días he podido escuchar sus demandas. Entiendo profundamente sus aspiraciones, y los animo a no apagarlas. Pero al mismo tiempo, me pregunto si sería posible que estas aspiraciones se concreten cada vez más en acciones de diálogo, que faciliten mayormente un camino de progreso".
Finalmente, la comunidad Salesianos Alameda condenó duramente los daños que encapuchados provocaron al interior de la Iglesia de la Gratuidad Nacional en el marco de una nueva marcha convocada por la Confech en el centro de Santiago.
Esto, luego que un grupo de encapuchados forzara una de las entradas para posteriormente robar y destruir una serie de imágenes religiosas, entre ellas un crucifijo.
Ante este escenario, el párroco de la Iglesia de la Gratitud Nacional, condenó el robo y la destrucción de imágenes que sufrieron por parte de encapuchados en el marco de la marcha convocada por la Confech en el centro de Santiago.
"Estamos de acuerdo con las manifestaciones pacíficas, pero no podemos tolerar tanta violencia. Condenamos con mucha fuerza este tipo de situaciones, los sucesos que se repiten semanalmente en el centro de Santiago, uno no puede estar de acuerdo con lo que está pasando", sentenció.
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