Vigilia de las lágrimas, presidida por el Pajpa en San Pedro
Francisco: "En medio de nuestro dolor, no estamos solos. Dios enjuga nuestras lágrimas"
"¡Cuántas lágrimas derramadas cada instante en el mundo, que forman un océano de tristeza"
Las peticiones de la vigilia de las lágrimas
Emotiva Vigilia de las Lágrimas, presidida por el Papa, en San Pedro. Con relatos de tristeza y dolor, que se superan, con la yuda de Dios, en el horizonte de la esperanza.
El Papa Francisco asegura que, "en medio de nuestro dolor, no estamos solos: Dios enjuga nuestras lágrimas". Aunque sean muchas, aunque todas juntas "formen un océano de tristeza".La liturgia de la Palabra comienza con una oración introductoria del Papa.
Al lado del altar la Virgen de las lágrimas de Siracusa, relacionado con el prodigioso fenómeno que se verificó entre el 29 de agosto y el primero de septiembre de 1953, cuando un cuadrito de yeso, con la imagen del corazón inmaculado de María, que se encontraba en la cabecera de una cama matrimonial en la casa de una joveny pareja de esposos (Angelo Iannuso y Antonia Giusto), derramó lágrimas humanas. El relicario contiene parte de las lágrimas que surgieron milagrosamente de la imagen de la Virgen.Inmediatamente después, comienzan los testimonios.
La primera, una madre de familia, uno de cuyos hijos se suicidó a los 15 años. El Papa escucha con atención y, en su rostro se refleja el dolor compartido
.Dos hombres de mediana edad que confiesan haber utilizado a las mujeres como 'de usar y tirar', pero se sentían vacíos y sin sentido. Llegaron a renegar de Jesús. Sus padres, con sus lágrimas, les trajeron de nuevo a la iglesia. Y su hermano gemelo.Entre los diferentes testimonios, lecturas de los Santos Padres y de la Biblia.
- Después de cada testimonio, se enciende una vela ante el relicario de la Virgen de las Lágrimas de Siracusa.Entre los testimonios, quien ha perdido un hijo en un accidente de tránsito, como la presidente de la Asociación "Víctimas de la calle", o quien ha perdido un ftamiliar durante el cumplimiento del propio trabajo, representadas por el Presidente de la Asociación "Víctimas del deber".Con ellos, quien ha perdido familiares durante el genocidio en Ruanda, quien ha vivido el drama de la cárcel. Junto a estas voces, también los testimonios de lágrimas derramadas por mujeres, esposas, madres y abuelas, de religiosas comprometidas en las misiones y el de una enfermera que cuida a enfermos terminales.Historias de sufrimiento en el cuerpo y en el espíritu, dramas que a través de la fe se han transformado en esperanza.
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