"Es un signo de los tiempos que la misericordia sea cada vez más
central y dominante"
"Papa Francisco se encuentra completamente en
sintonía con esta línea. Su práctica pastoral se expresa justamente en el hecho
de que él nos habla continuamente de la misericordia de Dios. Es la misericordia lo que nos mueve hacia Dios, mientras que la
justicia nos espanta". En unas pocas líneas, Benedicto XVI ha mostrado respaldo al pontificado
de su sucesor, Francisco.
En un libro-entrevista publicado en Italia, Ratzinger
destaca la parábola del buen samaritano y se muestra, como Bergoglio, crítico con "los representantes de la religión"
que "se rindieron, por decirlo así, inmunes en relación con Dios".
Acaba de publicarse el libro "Por medio de la fe. Doctrina de la justificación y experiencia de
Dios en la predicación de la Iglesia", en el que Ratzinger cita
por primera vez públicamente a su sucesor, el papa Francisco, y su práctica
pastoral centrada en el misericordia.
El volumen, del jesuita Daniele Libanori, publica los actos de un congreso
teológico celebrado en Roma el pasado mes de octubre. En esta ocasión, monseñor
Georg Gänswein leyó el texto de una entrevista con el papa Benedicto XVI
realizada por el teólogo jesuita Jacques Servais titulado
"Qué es la fe y cómo se llega a creer", casi completamente centrada
sobre el tema de la misericordia.
"Para mí es un signo de los tiempos el hecho de que
la idea de la misericordia de Dios se convierta cada vez más central
y dominante" dice en el coloquio el Papa emérito, citando dos
santos. Primero a la mística polaca Faustina Kowalska cuyas visiones reflejan
"el deseo de la bondad divina que es proprio del hombre de hoy",
después a Juan Pablo II que la canonizó y dedicó un domingo a la Divina
misericordia, publicando después la encíclica "Dios rico de
misericordia", en 1980.
Wojtyla - dice Benedicto
XVI - "estaba profundamente impregnado por este impulso, también si esto
no siempre surgía de forma explícita. Pero no es casualidad que su último
libro, que vio la luz precisamente inmediatamente antes de su muerte, habla de
la misericordia de Dios. A partir de las experiencias en las cuales desde los
primeros años de vida que tuvo que constatar toda la crueldad de los hombres,
él afirma que la misericordia es la única verdadera y última
reacción eficaz contra el poder del mal. Solo allí donde haya
misericordia termina la crueldad, termina el mal y la violencia".
De este modo, el Papa emérito cita a
Francisco que -subraya- "se encuentra completamente de
acuerdo con esta línea. Su práctica pastoral se expresa precisamente en el
hecho de que él nos habla continuamente de la misericordia de Dios. "Es la
misericordia lo que nos mueve hacia Dios, mientras que la justicia nos asusta
ante ella", prosigue. Asimismo, Benedicto XVI en la entrevista indica que
en su punto de vista esto pone de manifiesto que bajo la pátina de seguridad de
sí mismo y de la propia justicia, el hombre de hoy esconde un
profundo conocimiento de sus heridas y de su indignidad frente a Dios. Él
espera la misericordia".
Al preguntarle Servais sobre el tema de la entrevista
"qué es la fe y cómo se llega a creer", Benedicto XVI explica que
"la fe es un contacto profundamente personal con Dios,
que me toca en mi tejido más íntimo y me pone frente al Dios viviente en
absoluta inmediatez de forma que yo pueda hablarle, amarle y entrar en comunión
con él". Al mismo tiempo, "esta realidad principalmente personal
tiene que ver de forma inseparable con la comunidad: forma parte de la esencia
de la fe el hecho de introducirme en el nosotros de los Hijos de Dios, en la
comunidad que peregrina de hermanos y hermanas".
La Iglesia no se ha hecho a sí misma -concluye el Papa emérito- sino que ha sido
creada por Dios y viene continuamente formada por Él, encontrando su expresión
en los sacramentos, sobre todo en el bautismo.
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