La catedral
de Santa María la Real de la Almudena ha acogido hoy el inicio de las
celebraciones de Semana Santa, con la Eucaristía de Domingo de Ramos. Pasadas
las 11:30 horas, el arzobispo de Madrid ha bendecido las palmas de numerosos
fieles congregados en la entrada de la calle Bailén, junto a la Puerta de la
Misericordia. «Otra forma de estar en el mundo y en esta historia se nos ofrece
a través de Jesucristo», ha dicho monseñor Osoro, antes de iniciar la procesión
hacia la entrada principal pidiendo que, «como la muchedumbre que acompañaba a
Jesús, acompañemos también con júbilo al Señor».
En su
homilía, el prelado ha incidido en que «humillarse es ante todo el estilo de
Dios en quien creemos y que nos reúne a todos nosotros esta mañana». «Nunca,
nunca, os dejéis robar a Dios, ni dejéis que de este mundo se robe a Dios.
Habéis visto, el pueblo [...], descubrieron algo distinto en Jesús y lo
siguieron», ha señalado. El Señor –ha añadido– debe tener un lugar en los
corazones de cada uno pero también debe permitirse su «presencia pública»,
porque «engendra paz, engendra fraternidad, engendra utopías realizables».
En esta
línea, monseñor Osoro ha recordado que el encuentro con Dios, «con este faro
luminoso de vida», genera alegría. Como se ha visto en el relato de la Pasión y
en el Evangelio leído antes de la bendición de las palmas, hay «un pueblo
alegre» que «descubre que la alegría está en Jesús». «No os dejéis robar la
alegría», ha aseverado.
Por último,
ha animado a descubrir «por qué entra Jesús en Jerusalén o mejor, cómo entra:
la multitud lo aclama como Rey», «¿pero qué tipo de Rey es?» «No está rodeado
de símbolos de fuerza», sino que va montado en un asno, sin corte alrededor;
«no entra para recibir honores reservados a los poderes de este mundo», sino
para «ser humillado», trae «un rostro que ama incondicionalmente a los hombres
y que nos invita a tener ese rostro».
Archimadrid
No hay comentarios:
Publicar un comentario