Osoro: "La mayor victoria del terrorismo sería colonizar los corazones
de odio"
El arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro,
presidió anoche una Misa en la catedral de Santa María la Real de la Almudena
por las víctimas de los atentados de París y por la paz. En
su homilía, ha recordado que «una tragedia provocada por manos humanas ha puesto de luto a todos los pueblos de la tierra,
después de inundar de dolor la ciudad de París» y ha incidido en que, en la
celebración, «recordamos a los fallecidos y los presentamos con todo nuestro
cariño a Dios, pedimos por el restablecimiento de los heridos, y no dejamos de rezar por la paz en el mundo, en las guerras
conocidas y olvidadas», con una mención especial a los cristianos
perseguidos en Oriente Medio.
En este sentido, el prelado ha denunciado de nuevo el uso blasfemo por parte de los terroristas del «nombre de Dios»,
al cual «las grandes religiones confesamos como el Señor de la Vida, el que es
Compasivo y Padre Misericordioso». Y ha reivindicado la fraternidad como camino
para conseguir la paz. Esa fraternidad, que «es una palabra sagrada también
dentro del imaginario de nuestra nación hermana Francia», proviene de
reconocernos hijos de un padre común, tal como se reza en el Padrenuestro, la
oración cristiana por excelencia. «Aprendamos a decir y a vivir diciendo
Padrenuestro; así vendrá la paz, paz en el corazón, en las relaciones interpersonales,
en las relaciones internacionales», ha añadido.
Además, monseñor Osoro ha apelado a la esperanza de la fe ante tragedias para las que, humanamente, «no
hay explicación», sin olvidar «nuestra responsabilidad» tras la
matanza. «Los actos terroríficos no pueden embotarnos el corazón», ha dicho,
antes de asegurar que «la mayor victoria del terrorismo sería que
colonizase nuestro corazón con el odio y nuestra razón,
haciéndonosla perder, con respuestas creadoras de más violencia».
«No podemos confundir a los
verdugos con las víctimas. Esta tragedia nos debe llevar a ejercer la sabiduría
y la prudencia. Pero ni puede ni debe anestesiarnos ante el dolor
ajeno. No podemos permanecer insensibles ante las grandes tragedias humanas que
llaman a nuestras puertas, como las personas víctimas del fundamentalismo, de
la violencia o del hambre. No dejemos ganar al terrorismo. Su mayor victoria
sería enajenarnos el alma; el alma de una Europa construida sobre unos valores
de honda raigambre cristiana y que son tan universales y actuales», ha
aseverado.
Junto al arzobispo de Madrid, han concelebrado el
nuncio de Su Santidad en España, monseñor Renzo Fratini, y
varios obispos, entre ellos un prelado en representación del episcopado
francés; el arzobispo de Urgel y copríncipe de Andorra, monseñor Joan-Enric Vives; el arzobispo de Malabo, monseñor Juan Nsue Edjang Mayé; el secretario general
de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo;
así como los vicarios episcopales y el Cabildo de la catedral. Han participado también
varios representantes de las Iglesias ortodoxas, evangélica y anglicana.
Entre las autoridades, han estado presentes el
ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz;
la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; la
delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa; la presidenta de la
Asamblea, Paloma Adrados; el presidente del Consejo de Estado, José Manuel
Romay Beccaría, y la defensora del Pueblo, Soledad Becerril; además de varios
representantes diplomáticos, entre ellos el embajador de Francia en España, Yves Saint-Geours, a quien muchos asistentes a la
celebración se han acercado para mostrarle su solidaridad y apoyo.
Archidiócesis d Madrid
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