miércoles, 9 de septiembre de 2015

La eucaristía no se instituyó para entretenerte sino para salvarte

Muy a menudo me encuentro con la misma expresión: "dejé de ir a la misa porque me aburría, si fuera más entretenida..."
Es inevitable que me venga a la cabeza aquellas palabras de S. Francisco de Asís:
"Y como se mostró a los apóstoles en carne verdadera, así también ahora se nos muestra a nosotros en el pan consagrado. Y lo mismo que ellos con la vista corporal veían solamente su carne, pero con los ojos que contemplan espiritualmente creían que Él era Dios, así también nosotros, al ver con los ojos corporales el pan y el vino, veamos y creamos firmemente que es su santísimo cuerpo y sangre vivo y verdadero".
Cuando oigo eso de que uno se aburre... me pregunto: ¿Qué ves, qué vives, qué crees, qué sientes ante la eucaristía? Porque, sin duda alguna, si uno está convencido por la fe que la eucaristía es presencia real de Cristo, ¿Cómo va uno a aburrirse?
El problema radica, creo yo, en que muchos hermanos bautizados en su día y con los debidos "pasos formales cumplidos" (comunión, confirmación, matrimonio....) han perdido por el camino lo más importante y fundamental, lo que da sentido y orientación a todo: Cristo.
Él es el centro de nuestras asambleas litúrgicas. Él es el centro de toda oración y eucaristía. No somos nosotros, no soy yo como un espectador que va a al cine o al teatro... yo, como creyente y discípulo de Jesús, voy a la celebración de la eucaristía a unirme con toda la Iglesia (la peregrina en esta tierra y la celeste) para ser la voz de la esposa que se une a su esposo (Cristo) para alabar al Padre. ¿Cómo puedo aburrirme entonces?
Aburrido es ponerse dos horas delante de un Tv a ver partido de fútbol soso y sin emociones. Aburrido es una película mala que no mueve el corazón ni despierta interés, etc... pero ¿La eucaristía aburrida? No vamos a un espectáculo, el Señor no instituyó este sacramento para entretenernos y que la pasáramos bien, en la eucaristía se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús, la plenitud del plan de salvación.
No debemos participar de la eucaristía porque sea más "divertida" o el sacerdote me caiga genial o sea un "showman"... simplemente "cumplimos órdenes", obedecemos un mandato directo del Señor mismo: "Haced esto en memoria mía". Y sea mejor o peor el canto, el cura, la iglesia, la megafonía, las lecturas del día, etc.... nada de eso es motivo para ir o dejar de ir a la celebración. El único motivo es : Cristo

Juan Molina

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