jueves, 10 de septiembre de 2015

La Biblia es como una carta de amor que Dios nos ha dejado.


La Biblia es como una carta de amor que Dios nos ha dejado.que Si fuéramos a resumirla en pocas palabras sería, más o menos, algo así:
Querido hijo mío:
Desde toda la eternidad he pensado en ti y he soñado grandes cosas para ti. Tengo grandes proyectos para tu vida. Por eso, te escribo esta carta para que no te equivoques de camino y vayas siempre por el camino del bien. Perdona siempre a todos los que te ofendan y nunca hagas daño a nadie. Ama a todos sin excepción, porque el amor es el único camino de la felicidad. Y, pase lo que pase, no tengas miedo, confía siempre en Mí. Yo soy tu Papá y siempre estoy a tu lado para ayudarte. Y te perdonaré tus pecados, si vienes arrepentido hacia Mí.
Tú eres mi hijo querido y eres para mí más precioso que todo el universo. Cuando estés triste, deprimido, enfermo o atribulado por cualquier dificultad, ven a Mí y cuéntame tus cosas. Yo me sentiré feliz de oírte y de ayudarte. Y, cuando estés alegre y contento, no olvides que todo lo que tienes es un regalo de mis manos y que debes agradecerlo y aprovecharlo para hacer felices a los demás.
Como Papá, deseo lo mejor para ti. Por eso, quiero que cumplas siempre mi voluntad y nunca dudes de mi amor. Ciertamente, mis pensamientos no son tus pensamientos. Pero déjame guiarte. Abandónate en mis manos como un niño. No temas, déjate amar por Mí y sígueme.
Recuerda que Jesús murió por salvarte y siempre te sigue esperando en la Eucaristía. Vete a visitarlo y a recibirlo. Él quiere ser tu amigo. Allí también te espera María, que es tu mamá. Acude también a ella con confianza.
Pide al Espíritu Santo que te santifique cada día más y te transforme en un auténtico cristiano. Además, deseo que compartas tu fe y seas un evangelizador entre tus hermanos. Comparte con ellos tu fe y tu amor. No tengas miedo, háblales siempre de mi amor. Muchos me tienen miedo y no creen en Mí. Háblales de Mí y diles que también a ellos los amo y que serán bendecidos en la medida en que me amen y confíen en Mí.
Hijo, te amo con todo mi infinito amor. En la Iglesia encontrarás los medios adecuados para amarme más. Ama a la Iglesia y defiéndela. Vive tu fe católica en plenitud... Un día no muy lejano vendré a buscarte para llevarte conmigo a mi reino de felicidad. Allí estaremos siempre juntos y yo me sentiré orgulloso de ti.
Que seas santo, hijo mío, es mi mejor deseo para ti.

Tu Papá, Dios
Fuente: Padre Ángel Peña, “La Palabra de Dios ilumina tu camino”,

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