La Biblia es como una carta de amor que Dios nos ha dejado.que Si fuéramos a
resumirla en pocas palabras sería, más o menos, algo así:
Querido
hijo mío:
Desde
toda la eternidad he pensado en ti y he soñado grandes cosas para ti. Tengo
grandes proyectos para tu vida. Por eso, te escribo esta carta para que no te
equivoques de camino y vayas siempre por el camino del bien. Perdona siempre a
todos los que te ofendan y nunca hagas daño a nadie. Ama a todos sin excepción,
porque el amor es el único camino de la felicidad. Y, pase lo que pase, no
tengas miedo, confía siempre en Mí. Yo soy tu Papá y siempre estoy a tu lado
para ayudarte. Y te perdonaré tus pecados, si vienes arrepentido hacia Mí.
Tú eres mi hijo
querido y eres para mí más precioso que todo el universo. Cuando estés triste,
deprimido, enfermo o atribulado por cualquier dificultad, ven a Mí y cuéntame
tus cosas. Yo me sentiré feliz de oírte y de ayudarte. Y, cuando estés alegre y
contento, no olvides que todo lo que tienes es un regalo de mis manos y que
debes agradecerlo y aprovecharlo para hacer felices a los demás.
Como
Papá, deseo lo mejor para ti. Por eso, quiero que cumplas siempre mi voluntad y
nunca dudes de mi amor. Ciertamente, mis pensamientos no son tus pensamientos.
Pero déjame guiarte. Abandónate en mis manos como un niño. No temas, déjate
amar por Mí y sígueme.
Recuerda
que Jesús murió por salvarte y siempre te sigue esperando en la Eucaristía.
Vete a visitarlo y a recibirlo. Él quiere ser tu amigo. Allí también te espera
María, que es tu mamá. Acude también a ella con confianza.
Pide
al Espíritu Santo que te santifique cada día más y te transforme en un
auténtico cristiano. Además, deseo que compartas tu fe y seas un evangelizador
entre tus hermanos. Comparte con ellos tu fe y tu amor. No tengas miedo,
háblales siempre de mi amor. Muchos me tienen miedo y no creen en Mí. Háblales
de Mí y diles que también a ellos los amo y que serán bendecidos en la medida
en que me amen y confíen en Mí.
Hijo,
te amo con todo mi infinito amor. En la Iglesia encontrarás los medios
adecuados para amarme más. Ama a la Iglesia y defiéndela. Vive tu fe católica
en plenitud... Un día no muy lejano vendré a buscarte para llevarte conmigo a
mi reino de felicidad. Allí estaremos siempre juntos y yo me sentiré orgulloso
de ti.
Que
seas santo, hijo mío, es mi mejor deseo para ti.
Tu
Papá, Dios
Fuente: Padre Ángel Peña, “La Palabra de Dios
ilumina tu camino”,
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