Respondiendo a la pregunta sobre el perdón a “los sacerdotes que
han cometido abusos sexuales a menores y no hay pedido perdón a las víctimas”,
el Papa contestó que si una persona ha hecho mal, es consciente de lo que ha
hecho y no pide perdón, él mismo le pedirá a Dios para que lo tenga en cuenta.
“Yo lo perdono, pero él no recibe el perdón, está cerrado al perdón. Una cosa
es dar el perdón, todos estamos obligados a perdonar porque todos fuimos
perdonados, pero otra cosa es recibir el perdón. Y si ese sacerdote está
cerrado al perdón no lo recibe porque él cerró la puerta con la llave desde
adentro y lo que queda es rezar para que el Señor le abra esa puerta. Se
necesita estar dispuesto, pero no todos lo pueden recibir, lo saben recibir o
no están dispuestos a recibirlo. Es duro lo que estoy diciendo. Y así se
explica que haya gente que termine su vida dura, mal, sin recibir la caricia de
Dios”.
Continuando con el mismo tema y respondiendo a la segunda parte
de la pregunta sobre si entendía a las víctimas y sus familias que no han
conseguido perdonar o no quieren perdonar, el Papa dijo que los comprendía, que
reza por ellos y que no los juzga. “Rezo y le pido a Dios porque Dios es un
campeón en buscar caminos de solución. Pido que lo arregle”.
Sobre la actual crisis migratoria que vive Europa y sobre el
hecho de que en diferentes países se estén construyendo nuevas barreras para no
dejar pasar a los que huyen del horror de su país, el Santo Padre
reconoció la grave situación que se está viviendo y aseguró que los muros no
son una solución, todos los muros caen. “En este momento Europa está en
dificultades es verdad. Debemos ser inteligentes porque viene toda aquella ola
migratoria y no es fácil encontrar soluciones. Pero con el diálogo entre países
deben encontrarlas. Los muros nunca son la solución. En cambio, los puentes sí.
Siempre”.
Hablando del Motu Proprio del Papa Francisco sobre los procesos
de tramitación de las nulidades matrimoniales aseguró que “hacía falta
reducir los procesos”. “Este documento, este Motu Proprio, facilita los
procesos en los tiempos, pero no es un divorcio, porque el matrimonio es
indisoluble cuando es sacramento, y esto la Iglesia no lo puede cambiar, es
doctrina, es un sacramento indisoluble”.
Finalmente el Papa fue preguntado por el éxito de este último
viaje, sobre su pontificado y sobre el hecho de que haya persona que le
califican como “una estrella”, a lo que el Papa contestó que los Papas deben
ser “siervos de los siervos de Dios”, y que muchas veces las estrellas después
de verlas se apagan y se caen, “en cambio el siervo de los siervos de Dios es
bueno y eso no pasa”. Por otro lado, el Santo Padre habló de lo que más le
había impactado del viaje, “se veía a la gente rezar, esto me impresionó y me
gustó mucho, mucho” dijo. Las miradas, el calor de la gente, la expresividad y
el hecho de que la Iglesia sea próxima al pueblo ha sido de lo que más le ha
gustado.
(MZ-RV)
No hay comentarios:
Publicar un comentario