Buenas tardes. Estoy contento de estar hoy
aquí con ustedes junto a toda esta gran familia que los acompaña. Veo a sus
maestros, educadores, padres y familiares. Gracias por recibirme y les pido
perdón especialmente a los maestros por «robarles» unos minutos de la lección,
en la clase. Están todos contentos, ya sé.
Me han contado que una de las lindas
características de esta escuela y de este trabajo es que algunos de sus
alumnos, algunos de ustedes, vienen de otros lugares, y muchos de otros países.
Y eso es bueno. inclusive de otros países. Qué bueno que es eso. Aunque sé que
no siempre es fácil tener que trasladarse y encontrar una nueva casa, encontrar
nuevos vecinos, amigos; no es nada fácil, pero hay que empezar. Al principio
puede ser algo cansador. ¿verdad? Muchas veces aprender un nuevo idioma,
adaptarse a una nueva cultura, un nuevo clima. Cuántas cosas tienen que
aprender. No solo las tareas de la escuela, sino tantas cosas.
Lo bueno es que también encontramos nuevos
amigos. Y esto es muy importante, los nuevos amigos que encontramos.
Encontramos personas que nos abren puertas y nos muestran su ternura, su
amistad, su comprensión, y buscan ayudarnos para que no nos sintamos extraños,
extranjeros. Es todo un trabajo de gente que nos va ayudando a sentirnos en
casa. Aunque a veces la imaginación se vuelve a nuestra patria, pero
encontramos gente buena que nos ayuda a sentirnos en casa. Para que nos
sintamos en casa. Qué lindo que es poder sentir la escuela, los lugares de
reunión, como una segunda casa. Y esto no sólo es importante para ustedes, sino
para sus familias. De esta manera, la escuela se vuelve una gran familia para
todos, En donde junto a nuestras madres, padres, abuelos, educadores, maestros
y compañeros aprendemos a ayudarnos, a compartir lo bueno de cada uno, a dar lo
mejor de nosotros, a trabajar en equipo, a jugar en equipo, que es tan
importante, y a perseverar en nuestras metas.
Bien cerquita de aquí hay una calle muy
importante con el nombre de una persona que hizo mucho bien por los demás, y
quiero recordarla con ustedes. Me refiero al Pastor Martin Luther King. Un día
dijo: El dijo un día: «Tengo un sueño». Y él soñó que muchos niños, muchas
personas tuvieran igualdad de oportunidades. Él soñó que muchos niños como
ustedes tuvieran acceso a la educación. Él soñó que muchos hombres y mujeres,
como ustedes, pudieran llevar la frente bien alta, con la dignidad de quien
puede ganarse la vida. Es hermoso tener sueños y es hermoso poder luchar por
los sueños ellos. No se lo olviden.
Hoy queremos seguir soñando y celebramos
todas las oportunidades que, tanto a ustedes como a nosotros los grandes, nos
permiten no perder la esperanza en un mundo mejor, y con mayores posibilidades.
Y tantas personas que he saludado y que me han presentado también sueñan con
ustedes, sueñan con esto. Y por eso se involucran en este trabajo. Se
involucran en la vida de ustedes para acompañarlos en este camino. Todos
soñamos. Siempre. Sé que uno de los sueños de sus padres, de sus educadores y
de todos los que los ayudan, y también del Cardenal Dolan, ¿eh?, que es muy
bueno, es que ustedes puedan crecer y vivir con alegría. Siempre es muy bueno
ver a un niño sonreír. Aquí Acá se los ve sonrientes: sigan así, y ayuden a
contagiar la alegría a todas las personas que tienen cerca. No siempre es
fácil. En todas las casas hay problemas, hay situaciones difíciles, hay
enfermedades, pero no dejen de soñar con que puedan vivir con alegría.
Todos ustedes los que están acá,
chicos y grandes, Queridos chicos, ustedes tienen derecho a soñar y me alegra
mucho que puedan encontrar, sea en la en esta escuela, sea aquí, en sus amigos,
en sus maestros, en todos los que se acercan a ayudar, ese apoyo necesario para
poder hacerlo. Donde hay sueños, donde hay alegría, ahí siempre está está
siempre Jesús. Siempre. En cambio, quién es el que siembra tristeza, el que
siembra desconfianza, el que siembra envidia, el que siembra los malos deseos.
¿Cómo se llama? El diablo, ¿eh? El diablo. El diablo siempre siembra tristezas
porque no nos quiere alegres, no nos quiere soñar. Donde hay alegría está
siempre Jesús. Porque Jesús es alegría y quiere ayudarnos a que esa alegría
permanezca todos los días.
Antes de irme quisiera quiero dejarles un
homework, ¿puede ser? Es un pedido sencillo pero muy importante: no se olviden
de rezar por mí para que yo pueda compartir con muchos la alegría de Jesús. Y
recemos también para que muchos puedan disfrutar de esta alegría como la que
tienen ustedes cuando se sienten acompañados, ayudados, aconsejados, aunque haya
problemas. Pero está esa paz en el corazón de que Jesús nunca abandona.
Que Dios los bendiga a todos y a cada uno
de ustedes y que la Virgen los cuide proteja. Gracias.
¿Y no saben cantar algo? ¿Ustedes no saben
cantar? A ver, ¿quién es el más cara dura? A ver. [canto] Gracias. Muchas
gracias. Thank you very much. Entonces, todos juntos… Bueno, una canción y
después rezamos todos juntos el Padre Nuestro. [canto]. Gracias. Y ahora
rezamos. Todos juntos rezamos el Padre Nuestro.
(from Vatican
Radio)
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