La
indiferencia mal de nuestro tiempo
La indiferencia de nuestro
siglo, se lee en el comunicado, “es a menudo, vinculada a diversas formas de
individualismo que producen aislamiento, ignorancia, egoísmo y, esto lleva al
desinterés”. Y “el aumento de las informaciones de por sí no es sinónimo de
aumento de atención a los problemas, si no es acompañado de una apertura de las
conciencias en sentido solidario; para obtener tal objetivo es indispensable la
contribución que pueden dar todos los actores sociales”.
Tierra de conquista
El esfuerzo común demuestra
como la paz va conquistada. “No es, precisa el Dicasterio Vaticano, un bien que
se obtiene sin esfuerzos, sin conversión, sin creatividad y sin dialéctica”.
“Se trata, se señala en el documento, de sensibilizar y formar al sentido de
responsabilidad respecto a las gravísimas cuestiones que afligen la familia
humana, como el fundamentalismo y sus masacres, las persecuciones a causa de la
fe y de la pertenencia étnica, las violaciones de la libertad y de los derechos
de los pueblos, el abuso y la esclavitud de las personas, la corrupción y el
crimen organizado, las guerras que causan el drama de los refugiados y de los
emigrantes forzados”. Actuando de este modo, se logrará tener acceso, también a
las oportunidades y posibilidades para combatir estos males, en esta óptica se
lee en el comunicado, la maduración de una cultura de la legalidad, de la
educación al diálogo y a la cooperación, que en este contexto, son formas
fundamentales de reacción constructiva”.
No más esclavos
El tema para la Jornada Mundial
de la Paz 2016 está relacionado al del presente año, «No más esclavos, sino
hermanos», con el cual el Papa Francisco habia evidenciado el dramático
argumento de la esclavitud moderna. Continuando con la reflexión desarrollada
el primero de enero pasado, el comunicado del Pontificio Consejo recuerda que
“un punto de partida para que todos los hombres de buena voluntad, y en
particular aquellos que operan en la instrucción, en la cultura y en los medios
de comunicación, actúen cada uno de acuerdo a las propias posibilidades y de
acuerdo a las mejores aspiraciones para construir juntos un mundo más
consciente y misericordioso, y por tanto más libre y justo”. “La paz, concluye
el documento, es posible allí donde el derecho de todo ser humano es reconocido
y respetado, según la libertad y la justicia”.
(Renato Martinez - RV)
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