Con estas palabras, nos habla Teresa de Jesús la relación
que tuvo con fray Pedro de Alcántara, reformador franciscano y consejero suyo:
Este santo hombre me dio luz en todo y me lo declaró, y dijo que no
tuviese pena, sino que alabase a Dios y estuviese tan cierta que era espíritu
suyo, que, si no era la fe, cosa más verdadera no podía haber, ni que tanto
pudiese creer. Y él se consolaba mucho conmigo y hacíame todo favor y merced, y
siempre después tuvo mucha cuenta conmigo y daba parte de sus cosas y negocios.
Y como me veía con los deseos que él ya poseía por obra -que estos dábamelos el
Señor muy determinados- y me veía con tanto ánimo, holgábase de tratar conmigo;
que a quien el Señor llega a este estado no hay placer ni consuelo que se
iguale a topar con quien le parece le ha dado el Señor principios de esto; que
entonces no debía yo tener mucho más, a lo que me parece, y plega al Señor lo
tenga ahora.
Libro de la Vida, 30, 5
Blog: Para Nos Nací
No hay comentarios:
Publicar un comentario