Asegurando su «cercanía y apoyo en una tarea tan urgente», y
poniendo de relieve la importancia para la vida de la Iglesia del tema que han
tratado: relación entre evangelización y catequesis, el
Papa Francisco dio su cordial bienvenida a los participantes en la Plenaria del
Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y al Consejo
que está trabajando en la preparación del Jubileo Extraordinario de la
Misericordia:
«Un Año Santo que les he encomendado a ustedes para que
sea más evidente que el don de la misericordia es el anuncio que la Iglesia
está llamada a transmitir en su obra de evangelización en este tiempo de
grandes cambios».
¡Cuántos pobres esperan el Evangelio que libera! ¡Cuántos hombres
y mujeres, en las periferias existenciales generadas por la sociedad
consumista»
Los cambios son «una feliz provocación para percibir los
signos de los tiempos que el Señor ofrece a la Iglesia para que sea capaz –
como ha sabido hacer a lo largo de dos mil años – de llevar a Jesucristo a los
hombres de nuestro tiempo, reiteró el Obispo de Roma, dejando que claro que «la misión es siempre idéntica, pero el lenguaje con el cual
anunciar el Evangelio pide ser renovado, con sabiduría pastoral»:
«Esto es esencial, para que nuestros contemporáneos nos
comprendan y también para que la Tradición católica pueda hablar a las culturas
del mundo de hoy y ayudarlas, para que se abran a la perenne fecundidad del
mensaje de Cristo. Son tiempos de grandes desafíos, que debemos asumir sin
temores. En efecto, sólo en la medida en que los asumiremos, seremos capaces de
ofrecer respuestas coherentes, elaboradas a la luz de Evangelio. Es lo que los
hombres de hoy esperan de la Iglesia: que sepa caminar con ellos ofreciendo la
compañía del testimonio de la fe, que nos hace solidarios con todos, en
especial con los más solos y marginados. ¡Cuántos pobres – también pobres en la
fe - esperan el Evangelio que libera! ¡Cuántos hombres y mujeres, en las
periferias existenciales generadas por la sociedad consumista y atea esperan
nuestra cercanía y solidaridad! El Evangelio es el anuncio del amor de Dios que
en Jesucristo, nos llama a participar de su vida.»
Haciendo hincapié en la catequesis como espacio en el que
la vida de los cristianos madura, experimentando de forma concreta y no como
idea abstracta, la misericordia de Dios, el Santo Padre recordó que «el
Espíritu Santo, que es el protagonista de la evangelización, es también el
artífice del crecimiento de la Iglesia en comprender la verdad de Cristo».
Cristo está vivo y obra en su Iglesia
El Papa destacó que la pregunta sobre «cómo estamos
educando a la fe, no es retórica, sino esencial»:
«La respuesta requiere coraje, creatividad y decisión para
emprender nuevos caminos, a veces inexplorados. La catequesis, como
componente del proceso de evangelización, necesita ir más allá de la simple
esfera escolar, para educar a los creyentes, desde niños, a encontrar a Cristo, vivo y operante en su Iglesia.
Es el encuentro con Él el que suscita el anhelo de conocerlo mejor y de
seguirlo para ser discípulos suyos. Por lo tanto, el desafío de la nueva
evangelización y de la catequesis se juega sobre este punto fundamental: cómo
encontrar a Cristo, cuál es el lugar más coherente para encontrarlo y seguirlo.
Les aseguro mi cercanía y mi apoyo en esta tarea tan
urgente para nuestras comunidades. Los encomiendo a la Virgen Madre de la
Misericordia, para que su amparo e intercesión los ayude en este compromiso.
Los bendigo de corazón y les pido, por favor, que recen por mí».
(CdM – RV)
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