Son más de trescientos los
cristianos asirios y caldeos de los pueblos de la rivera del río Khabur tomados
como rehenes y deportados por los yihadistas a sus fortalezas. “Si las primeras
noticias hablaban de 90 secuestrados - refiere a la Agencia Fides el Arzobispo
Jacques Behnan Hindo - “Ahora podemos decir que los rehenes en manos de los
yihadistas son alrededor de 350. Sólo los controles y la recogida de
información en los puntos de encuentro de los refugiados, con el paso de los
días, permiten elaborar las listas de los rehenes y tener una imagen más clara
de la situación, que siempre queda sujeta a nuevas noticias”.
Según cuanto ha comunicado el sitio web curdo ARA Newas da Samir Taji, miembro del Frente Al-Nusra (grupo yihadista sirio vinculado a Al Qaeda), la milicia del Estado Islámico primero parece que han retenido a los prisioneros asirios - entre ellos mujeres y niños - en un centro de detención en el Monte Abdulaziz, para luego dispersarlos en centros de las zonas bajo su control, incluido su bastión de al-Raqqa. Entre los prisioneros parecen estar cuarenta soldados curdos y algunos milicianos asirios de la Brigada de autoprotección Sutoro.
Mientras tanto, por el momento, el flujo de personas desplazadas hacia las ciudades de Hassaké y Qamishli y otros centros urbanos se ha detenido. Ayer llegaron a Hassaké unos cincuenta beduinos árabes, huyendo de la zona afectada por la ofensiva de los yihadistas.
En este contexto incierto, el arzobispo Hindo critica la tendencia engañosa y reprobable de difundir rumores incontrolados y que no pueden verificarse que luego entran en el circuito mediático global sin los controles adecuados, convirtiéndose en “noticias”. “Los cristianos que han huido de los pueblos de Khabur - dice a Fides el Arzobispo siro-católico - nos dicen que durante el asalto de los yihadistas fueron asesinados cuatro milicianos asirios, miembros de la milicia de autodefensa conocidos con el nombre de Sotoro. A ellos hay que añadir otro cristiano, que ha muerto dentro de su tienda a la que los yihadistas dieron fuego. Quizás también él estaba armado y había tratado de oponerse a los yihadistas.
Por el momento, no tenemos noticia confirmada de ninguna otra muerte. No veo qué sentido tiene despertar la alarma y crear rumores no verificados sobre el número de muertos, para pintar como aún más grave una situación que de por sí sola ya es muy trágica”.
Mons. Hindo también renueva sus críticas por la gestión de la enésima emergencia humanitaria por parte de las organizaciones de asistencia: “Sólo ayer – informa el Arzobispo – la Media Luna Roja empezó a distribuir 125 paquetes de alimentos, cuando dispone de miles de ellos aquí en Hassaké. Hasta el momento, los refugiados habían recibido ayuda sólo del Patriarcado siro ortodoxo”. (GV)
Según cuanto ha comunicado el sitio web curdo ARA Newas da Samir Taji, miembro del Frente Al-Nusra (grupo yihadista sirio vinculado a Al Qaeda), la milicia del Estado Islámico primero parece que han retenido a los prisioneros asirios - entre ellos mujeres y niños - en un centro de detención en el Monte Abdulaziz, para luego dispersarlos en centros de las zonas bajo su control, incluido su bastión de al-Raqqa. Entre los prisioneros parecen estar cuarenta soldados curdos y algunos milicianos asirios de la Brigada de autoprotección Sutoro.
Mientras tanto, por el momento, el flujo de personas desplazadas hacia las ciudades de Hassaké y Qamishli y otros centros urbanos se ha detenido. Ayer llegaron a Hassaké unos cincuenta beduinos árabes, huyendo de la zona afectada por la ofensiva de los yihadistas.
En este contexto incierto, el arzobispo Hindo critica la tendencia engañosa y reprobable de difundir rumores incontrolados y que no pueden verificarse que luego entran en el circuito mediático global sin los controles adecuados, convirtiéndose en “noticias”. “Los cristianos que han huido de los pueblos de Khabur - dice a Fides el Arzobispo siro-católico - nos dicen que durante el asalto de los yihadistas fueron asesinados cuatro milicianos asirios, miembros de la milicia de autodefensa conocidos con el nombre de Sotoro. A ellos hay que añadir otro cristiano, que ha muerto dentro de su tienda a la que los yihadistas dieron fuego. Quizás también él estaba armado y había tratado de oponerse a los yihadistas.
Por el momento, no tenemos noticia confirmada de ninguna otra muerte. No veo qué sentido tiene despertar la alarma y crear rumores no verificados sobre el número de muertos, para pintar como aún más grave una situación que de por sí sola ya es muy trágica”.
Mons. Hindo también renueva sus críticas por la gestión de la enésima emergencia humanitaria por parte de las organizaciones de asistencia: “Sólo ayer – informa el Arzobispo – la Media Luna Roja empezó a distribuir 125 paquetes de alimentos, cuando dispone de miles de ellos aquí en Hassaké. Hasta el momento, los refugiados habían recibido ayuda sólo del Patriarcado siro ortodoxo”. (GV)
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