Ciudad del Vaticano, 6 octubre 2014(VIS).-Esta mañana, en presencia del Santo Padre, ha tenido lugar en el Aula del Sínodo la Primera Congregación General del Sínodo de los Obispos sobre ''Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización''.El Papa ha saludado a los Padres Sinodales y a todos los colaboradores del Sínodo desde los relatores, a los consultores, pasando por los traductores y a todas las personas que ''han trabajado con entrega, paciencia y competencia durante muchos meses, leyendo, evaluando y elaborando los temas, textos y tareas de esta Asamblea General Extraordinaria''.
''Os doy la gracias también a vosotros, queridos cardenales, patriarcas, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas -ha dicho- por vuestra presencia y por vuestra participación que enriquece los trabajos y el espíritu de colegialidad y sinodalidad por el bien de la Iglesia y de las familias ...Traéis la voz de las Iglesias particulares reunidas a nivel de Iglesias locales mediante las Conferencias Episcopales. La Iglesia universal y las Iglesias particulares son de institución divina; las Iglesias locales así entendidas son de institución humana. Vosotros traeréis esta voz en sinodalidad. Es una gran responsabilidad: llevar las realidades y las problemáticas de las Iglesias para ayudarlas a caminar por ese camino que es el Evangelio de la familia''.
''Una condición general de base es ésta: Hablad claro. Que nadie diga: ''Esto no se puede decir; pensarán de mí esto o lo otro... Hay que decir todo lo que se siente con parresía...Después del último consistorio (febrero de 2014) donde se habló de la familia, un cardenal me escribió diciendo: ''Que pena que algunos cardenales no hayan tenido valor de decir algunas cosas por respeto al Papa, creyendo que, a lo mejor, el Papa pensase algo distinto''. Esto no está bien. No es sinodalidad, porque hay que decir todo lo que en el Señor sentimos que tenemos que decir, sin respeto humano, sin miedo. Y, al mismo tiempo, se tiene que escuchar con humildad y acoger con el corazón abierto lo que dicen los hermanos. Con estas dos actitudes se ejerce la sinodalidad''
''Por eso os pido, por favor -ha insistido Francisco- que tengáis estas dos actitudes de hermanos en el Señor: hablad con parresía y escuchad con humildad. Y hacedlo con tanta tranquilidad y paz, porque el Sínodo se desarrolla siempre ''cum Petro et sub Petro'' y la presencia del Papa es garantía para todos y custodia de la fe. Queridos hermanos, colaboremos todos para que se afirme con claridad la dinámica de la sinodalidad''.
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