La
leyenda de San Fermín surgió aproximadamente allá por el siglo IX en localidad
francesa de Amiens, capital de Picardía, y desde allí llegó algún siglo más
tarde, hacía el siglo XII, a Pamplona, convirtiéndose en un santo de devoción
para cientos de pamploneses. Recientemente una tesis elaborada por el
historiador Roldan Jimeno, hijo del prestigioso historiador pamplonés Jimeno
Jurío, ha refrendado la conclusión a la que llegaron en 1970 varios
historiadores de la capital navarra y arqueólogos de Amiens, quienes,
realizando trabajos de investigación por separado, concluyeron que la historia
de San Fermín no tenía base histórica alguna. A pesar de ello, Amiens y
Pamplona sigue rindiendo culto a este santo y miles de personas en el mundo han
oído hablar de él a través de las fiestas de San Fermín.
LA
LEYENDA DE AMIENS
Cuenta
la leyenda que Firmus, un senador que vivía en tiempos de los emperadores
Diocleciano y Maximiano, era gobernador general de la región y tenía un hijo llamado
Fermín. Así se recoge en uno de los primeros textos que se conocen acerca de la
leyenda de San Fermín, el del escritor Jacobo de Voragine titulado "La
leyenda dorada" y que data de 1264. Al parecer, Firmus confió la educación
de su hijo al presbítero Honesto, quien envió a Fermín a realizar sus estudios
a Tolosa y pidió al arzobispo de la localidad que le ordenase sacerdote para
que pudiese predicar la fe cristiana. Así lo hizo y Fermín volvió a Pamplona a
evangelizar, consagrado ya como obispo, donde permaneció hasta los 31 años,
tras lo cual se marchó a las Galias.
Primero
estuvo en Agen, luego en la comarca de Beauvais y por último llegó a Amiens,
donde, tras soportar la persecución romana convirtió, según cuenta la leyenda,
en tan sólo cuarenta días a cerca de tres mil personas. Parece ser que a los
gobernadores romanos no les hizo especial gracia y, tras detenerlo y encerrarlo
en la cárcel, lo degollaron secretamente un 25 de septiembre -fecha actual en
la que se celebra su martirio-.
Esta
leyenda recogida en el texto de Jacobo Vorágine fue creada en la Alta Edad
Medía en una localidad francesa llamada Amiens, capital de Picardía, situada a
unos 150 km. de París. Aunque no existe una fecha exacta, los primeros datos
históricos se sitúan en el siglo IX. Por aquel entonces, tal y como nos cuenta
el historiador Roldan Jimeno "a la hora de elegir el santo que
cristianizaría a la ciudad era muy normal escoger un personaje extranjero que
diese cierto toque exótico y relevante a la urbe. En Amiens escogieron a Fermín
porque era vascón y romano a la vez y les resultó bastante atractivo. A partir
de entonces crearon una historia que ha ido variando con el tiempo, a medida
que ha sido transmitida de generación en generación y se han hecho nuevas
aportaciones".
La
leyenda llegó a Pamplona por primera vez hacia el siglo XII, cuando el entonces
arzobispo de Pamplona, Pedro de París, tuvo noticia de ella y trajo consigo una
reliquia que se depositó en el altar de la catedral de Pamplona. Con el tiempo
el culto se fue extendiendo a toda Navarra. Para los habitantes de Pamplona
tener conocimiento de un santo que, además, se suponía que había sido el primer
arzobispo de Pamplona fue un auténtico hallazgo y alteraron parte de la
historia francesa, adelantando la evangelización de la capital navarra al siglo
I, dato que contradecía la fecha de la leyenda de Amiens que la situaba en el
siglo III.
Distintos
cronistas navarros recogieron esta versión y la fueron adornando cada vez más.
Con el paso del tiempo el culto a San Fermín se fue acrecentando en las dos
localidades, pero con particularidades locales. En el siglo XVIII se dieron a
conocer La "Actas sinceras" de Miguel Joseph de Maceda, que mostraban
la versión pamplonesa de la leyenda. Algún tiempo más tarde cuando el texto
llegó a Amiens se suscitó una gran polémica respecto a la fecha, ya que la
tradición pamplonesa decía que San Fermín había vivido en el siglo I y la de
Amiens en el III. Finalmente decidieron fundir ambas tradiciones, que fueron
recogidas en un libro.
SIN
BASE HISTORICA
Ya
en el siglo XX, en la década de los 70, el bibliotecario de la catedral de
Pamplona, José Goñi Gaztanbide, después de investigar sobre el tema llegó a la
conclusión de que la historia de San Fermín era "legendaria e
inverosímil", ya que no disponía de base histórica alguna. Posteriormente
el historiador J.M. Jimeno Jurío realizó un exhaustivo trabajo de investigación
que confirmó tales sospechas. Por aquel entonces se creó cierto debate que no
trascendió más allá del ámbito científico y más tarde otros autores dieron la
razón a estos dos estudiosos. La reciente tesis de Roldan Jimeno ha vuelto a
corroborar dichas afirmaciones. "Uno de los datos clave que ha ayudado a
ver que se trataba, como en otras ocasiones, de una leyenda sin base histórica
ha sido situar la historia en los siglos I (Pamplona) y III (Amiens). En el
caso de Pamplona la Cristianización no llegó hasta el siglo III y en Amiens
tuvo lugar, incluso, algunos siglos más tarde.
Además,
hasta el siglo XII no hay en Pamplona ninguna referencia clara respecto al
santo". Junto a ello, el hecho de que San Fermín no tuviese ninguna
iglesia, ni ermita a su nombre contribuyó a confirmar dicha teoría. "No es
lógico que un arzobispo de una ciudad como Pamplona no registre ninguna iglesia
o ermita a su nombre hasta el siglo XVII. En Pamplona la primera iglesia que
lleva su nombre se construyó en la Milagrosa en la década de los 50 del pasado
siglo y las primeras ermitas son del siglo XVII" dice Roldan.
A
pesar de la crítica hagiográfica puesta en marcha por la Iglesia Católica
durante el Concilio de Trento en el siglo XVI, en la que se pudo comprobar que
la vida de varios santos carecía de fundamento histórico, la iglesia todavía no
se ha pronunciado respecto al santo navarro. "Ha habido varios santos que
han sido declarados apócrifos por la Iglesia Católica como, por ejemplo, San
Cristóbal y el hecho no ha tenido demasiada trascendencia, aunque con otros, al
tratarse de santos locales, como San Fermín, es la propia diócesis quien tiene que
pronunciarse al respecto. Luego también está la respuesta de la gente".
Actualmente
tanto en Pamplona como en Amiens el culto a San Fermín sigue atrayendo a
cientos de personas y las fiestas que se celebran en su honor en la capital
navarra congregan cada año a miles de visitantes de todas parte del mundo, que,
a falta de conocer su historia, han oído hablar alguna vez del patrono de
Navarra.
Fuente: sanfermin.com
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