miércoles, 30 de abril de 2014

Las llamadas del Papa Francisco para apaciguar al rebaño

Viñeta de Emilio Giannelli para Corriere della Sera

El Papa Francisco continúa demostrando que por encima de todo es un pastor de la Iglesia que vive preocupado por su rebaño y que procura apaciguarlo con amor y perdón, sin importar el pecado ni la posición del fiel dentro la estructura eclesial o fuera. Es un Papa que se deja ver y oir, no solo por televisión o a lo lejos, sino que sale al encuentro del que sufre porque él es misionero.
Su medio más habitual es el teléfono, lo descuelga y llama. Llama para aliviar el dolor, para dar amor, para sembrar misericordia, para no perder su infinita conexión con el mundo real.

Esto es lo que Jaqueline Lisbona, argentina de 47 años de edad, asegura que le sucedió el Lunes de Pascua. El Papa llamaba en respuesta a una carta que ella le había enviado expresando el profundo dolor que le causaba no poder recibir la comunión por estar casada con un hombre divorciado. Y lo que ahora también afirma el Cardenal Bertone, que tras ser el centro de un escándalo mediático recibe la llamada de Francisco. No para condenarlo sino para dar una palabra amable, para solidarizarse con el dolor que le han causado las críticas.

Francisco predica con dureza todos los días desde el púlpito en la humilde capilla de Santa Marta, donde reside con discreta austeridad. Denuncia la falta de espíritu de pobreza, la hipocresía, los cristianos de salón, los ladrones dentro de la Iglesia,… y confirma la doctrina de la Iglesia relativa a la indisolubilidad del matrimonio, señalando las claves para el éxito en el amor. Pero luego su pastoral personal es como tiene que ser: personal. Y ahí, Francisco no juzga sino que acaricia con inaudita misericordia.
Fuente: YoRezoXelPapa

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