martes, 31 de diciembre de 2013

AÑO NUEVO - SOLEMNIDAD DE LA MADRE DE DIOS

Bendición

“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor;
el Señor se fije en ti
y te conceda la paz”. (Núm 6, 23-26)

Recepción de la Palabra

La Liturgia de la Palabra ofrece este día la bendición bendición más antigua que se conoce, y que tomó Francisco de Asís para bendecir al hermano León: “El Señor te bendiga y te guarde; te muestre su faz y tenga misericordia de ti. Vuelva a ti su rostro y te conceda la paz. El Señor te bendiga”.

La bendición es sagrada y en ella se transmite el deseo más trascendente: quedar protegidos bajo la mirada de Dios. Los judíos, los obispos católicos y los ministros sagrados de otras religiones, suelen poner sobre sus cabezas un signo de bendición, con el que se sienten en  presencia  de Dios.

La bendición fue la razón por la que Jacob se constituyó en padre de Israel, y por la que recibió la experiencia divina, después del intenso combate que entabló durante toda la noche con el mismo Dios.

La bendición consolidó el trono de David, cuando tuvo la iniciativa de construir un templo para cobijar el arca de la alianza.

Zacarías entona su cántico de alabanza, porque Dios ha visitado y redimido a su pueblo, y lo bendice agradecido.

Los pastores, testigos del nacimiento de Jesús, se volvieron llenos de alegría bendiciendo y dando gloria a Dios.

San Pablo bendice a Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, porque nos ha bendecido en la persona de Cristo, con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Al inicio del nuevo año, acoge el tesoro de la bendición divina, y responde agradecido como aquellos que reconocieron   la misericordia recibida del cielo.

Quien camina bajo la mirada de Dios, en su presencia, ha encontrado la forma más plena posible de ser humano, porque le personaliza el rostro divino, el reflejo de la mirada entrañable del Creador, de quien con tan solo cruzarse con sus ojos, se percibe que se es amado.

Que Dios te bendiga, te guarde, vuelva su rostro sobre ti, y te conceda su favor y su paz, cada uno de los días de este nuevo año, 2014.


Para ti y los tuyos: ¡Feliz Año Nuevo! Y la bendición de Dios. Con la protección de Santa María, la mujer bendita entre todas la mujeres.

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