Esta mañana a las 11,00, en el Aula Pablo VI del Vaticano el Pontífice celebró un encuentro con los casi siete mil participantes en la peregrinación de la UNITALSI, es decir de la Unión Nacional italiana para el traslado de los enfermos a Lourdes y a los Santuarios internacionales, que festejan los 110 años de su fundación.
El Papa Francisco saludó con afecto y de modo especial a las personas enfermas y minusválidas, acompañadas por los voluntarios, los asistentes eclesiásticos, los responsables de las diversas secciones y el Presidente nacional de la UNITALSI, a quien agradeció sus palabras.
También afirmó que la presencia de diversos Cardenales, Obispos y personalidades institucionales son signo del aprecio que la Iglesia y la sociedad civil tienen por esta asociación que desde hace 110 años se dedica a los enfermos y a las personas con fragilidades siguiendo un estilo típicamente evangélico. Y destacó que su obra no es asistencialismo o filantropía, sino el anuncio genuino del Evangelio de la caridad, es – dijo – “ministerio del consuelo”.
Pienso en los tantos socios de la UNITALSI esparcidos en toda Italia: son hombres y mujeres, mamás y papás, tantos jóvenes que, movidos por el amor a Cristo y a ejemplo del Buen Samaritano, frente al sufrimiento no giran la cara de la otra parte. ¡Y esto de no girar la cara de la otra parte es una virtud. Vayan adelante con esta virtud! Al contrario, tratan de ser mirada que acoge, mano que levanta y acompaña, palabra de consuelo, abrazo de ternura. No se desanimen por las dificultades y el cansancio, sino sigan donando tiempo, sonrisa y amor a los hermanos y hermanas que tienen necesidad.
Tras manifestar su deseo de que cada persona enferma y frágil pueda ver en el rostro de los socios de la UNITALSI el rostro de Jesús, y que también ellos puedan reconocer en la persona que sufre la carne di Cristo, el Papa Francisco añadió:
Los pobres, también los pobres de salud, son una riqueza para la Iglesia; y ustedes de la UNITALSI, junto a tantas otras realidades eclesiales, han recibido el don y el empeño de recoger esta riqueza, para ayudar a valorizarla, no sólo para la misma Iglesia, sino para toda la sociedad.
El Papa Francisco saludó con afecto y de modo especial a las personas enfermas y minusválidas, acompañadas por los voluntarios, los asistentes eclesiásticos, los responsables de las diversas secciones y el Presidente nacional de la UNITALSI, a quien agradeció sus palabras.
También afirmó que la presencia de diversos Cardenales, Obispos y personalidades institucionales son signo del aprecio que la Iglesia y la sociedad civil tienen por esta asociación que desde hace 110 años se dedica a los enfermos y a las personas con fragilidades siguiendo un estilo típicamente evangélico. Y destacó que su obra no es asistencialismo o filantropía, sino el anuncio genuino del Evangelio de la caridad, es – dijo – “ministerio del consuelo”.
Pienso en los tantos socios de la UNITALSI esparcidos en toda Italia: son hombres y mujeres, mamás y papás, tantos jóvenes que, movidos por el amor a Cristo y a ejemplo del Buen Samaritano, frente al sufrimiento no giran la cara de la otra parte. ¡Y esto de no girar la cara de la otra parte es una virtud. Vayan adelante con esta virtud! Al contrario, tratan de ser mirada que acoge, mano que levanta y acompaña, palabra de consuelo, abrazo de ternura. No se desanimen por las dificultades y el cansancio, sino sigan donando tiempo, sonrisa y amor a los hermanos y hermanas que tienen necesidad.
Tras manifestar su deseo de que cada persona enferma y frágil pueda ver en el rostro de los socios de la UNITALSI el rostro de Jesús, y que también ellos puedan reconocer en la persona que sufre la carne di Cristo, el Papa Francisco añadió:
Los pobres, también los pobres de salud, son una riqueza para la Iglesia; y ustedes de la UNITALSI, junto a tantas otras realidades eclesiales, han recibido el don y el empeño de recoger esta riqueza, para ayudar a valorizarla, no sólo para la misma Iglesia, sino para toda la sociedad.
Teniendo en cuenta que el actual contexto cultural y social tiende más bien a esconder la fragilidad física, considerándola sólo como un problema, que requiere resignación y mojigatería o a veces el descarte de las personas, el Obispo de Roma destacó que la UNITALSI está llamada a ser un signo profético y a ir contra esta lógica mundana, ayudando a los que sufren a ser protagonistas en la sociedad, en la Iglesia y también en la misma asociación.
Mientras para favorecer la real inserción de los enfermos en la comunidad cristiana y suscitar en ellos un fuerte sentido de pertenencia, el Papa afirmó que es necesaria una pastoral inclusiva en las parroquias y en las asociaciones. “Se trata – dijo el Santo Padre – de valorizar realmente la presencia y el testimonio de las personas frágiles y sufrientes, no sólo como destinatarios de la obra evangelizadora, sino como sujetos activos de esta misma acción apostólica.
Queridos hermanos y hermanas enfermos, no se consideren sólo objeto de solidaridad y de caridad, sino siéntanse insertados con pleno título en la vida y en la misión de la Iglesia. Ustedes tienen un lugar suyo, un papel específico en la parroq
uia y en todo ámbito eclesial. Su presencia, silenciosa pero más elocuente que tantas palabras, su oración, el ofrecimiento diario de sus sufrimientos en unión con los de Jesús crucificado para la salvación del mundo, la aceptación paciente y también gozosa de su condición, son un recurso espiritual, un patrimonio para cada comunidad cristiana. ¡No se avergüencen de ser un tesoro precioso de la Iglesia!
El Papa también destacó que la experiencia más fuerte que viva la UNITALSI en el curso del año es la peregrinación a los lugares marianos, especialmente a Lourdes; a la vez que puso de relieve el estilo apostólico y la espiritualidad que los caracteriza que hacen referencia a la Santísima Virgen.
Y concluyó dirigiéndose a estos queridos hermanos y hermanas invitándolos a encomendarse siempre a la protección de nuestra Madre celestial, que nos consuela e intercede por nosotros ante su Hijo. “Que Ella nos ayude – dijo – a ser para cuantos encontramos en nuestro camino un reflejo de Aquel que es Padre misericordioso y Dios de toda consolación”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).
El Papa también destacó que la experiencia más fuerte que viva la UNITALSI en el curso del año es la peregrinación a los lugares marianos, especialmente a Lourdes; a la vez que puso de relieve el estilo apostólico y la espiritualidad que los caracteriza que hacen referencia a la Santísima Virgen.
Y concluyó dirigiéndose a estos queridos hermanos y hermanas invitándolos a encomendarse siempre a la protección de nuestra Madre celestial, que nos consuela e intercede por nosotros ante su Hijo. “Que Ella nos ayude – dijo – a ser para cuantos encontramos en nuestro camino un reflejo de Aquel que es Padre misericordioso y Dios de toda consolación”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).
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