Debemos orar al Señor con valentía, incluso con insistencia como lo hizo
Abraham. Es lo que ha dicho la mañana del lunes el papa Francisco en la misa de
la Casa Santa Marta. Explicó que la oración es también "negociar con el
Señor", volverse incluso inoportuno como Jesús nos enseña.
"Abraham es un valiente y ora con valentía". Abraham, dijo,
"siente la fuerza de hablar cara a cara con el Señor y busca defender esa
ciudad". Y lo hace con tanta insistencia. En la Biblia, dice el papa,
vemos que "la oración debe ser valiente".
"¡Convencer al Señor con las virtudes del Señor! ¡Esto es hermoso!
La exposición de Abraham va al corazón del Señor y Jesús nos enseña lo mismo:
‘El Padre sabe las cosas. El padre --no se preocupen--, hace llover sobre los
justos y los pecadores, el sol para los justos y para los pecadores’. Con este
argumento, Abraham continúa. Yo me detendría aquí: orar y negociar con el
Señor, incluso volverse inoportuno con el Señor. Orar y alabar al Señor en las
cosas buenas que tiene, y decirle que estas cosas bellas que tiene, las envíe a
nosotros. ¡Y si Él es tan misericordioso, tan bueno, que nos ayude!".
"Quisiera que hoy --prosiguió Francisco--, todos nosotros, por
cinco minutos, no más, durante el día, tomemos la biblia y lentamente dijéramos
el salmo 102.
El Señor es compasivo y
misericordioso.
Bendice,
alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor
y no olvides sus beneficios.
El perdona
todas tus culpas,
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma
de gracia y de ternura.
El Señor es
compasivo y misericordioso,
lento a la
ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen
nuestros pecados,
ni nos paga según nuestras
culpas.
Como dista
el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestras culpas,
como un padre siente ternura por
sus hijos,
siente el Señor ternura por sus
fieles.
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