martes, 4 de junio de 2013

``El milagro, más que la multiplicación, es el compartir"

“La fiesta del Corpus Domini nos pide convertirnos a la fe en la Providencia, saber compartir lo poco que somos y tenemos y no cerrarnos jamás en nosotros mismos”, "pidamos a nuestra Madre María que nos ayude en esta conversión, para seguir verdaderamente, cada vez más, a ese Jesús que adoramos en la Eucaristía", concluyó el obispo de Roma su reflexión previa a la oración mariana de Ángelus con la multitud de peregrinos venidos a la plaza de San Pedro de Italia y de otros países. 

La fiesta de la Eucaristía, Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo, fue el tema abordado por Francisco. Expresó que Jesús se preocupa por la multitud hambrienta pero de manera distinta de sus discípulos que proponen despedir a la gente, respondiendo así a la actitud humana más realista y que no genera problemas. 

Mientras que la actitud de Jesús, netamente diversa, que nace de su unión con el Padre y de la compasión por la gente lo lleva a pensar en la Providencia: de lo poco Dios puede sacar lo necesario para todos. 

Jesús dice a sus discípulos que den ellos mismos de comer a la gente, les pide que hagan sentar a la gente formando comunidades de cincuenta, toma el pan, los peces, levanta los ojos al cielo, los bendice, los parte –en clara referencia a la Eucaristía- y hace que los discípulos distribuyan los panes y los peces que no se acaban y que sacian la multitud. 

“Este es el milagro –afirmó el papa- más que una multiplicación es un compartir, animada por la fe y la oración.” "Comieron todos y sobró: es el signo de Jesús, pan de Dios para la humanidad. 

Los discípulos lo vieron, pero no comprendieron bien el mensaje. Quedaron prendados, como la multitud, por el entusiasmo del éxito. Una vez más, siguieron la lógica humana y no la de Dios, que es la del servicio, del amor y de la fe". 

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