Hoy comienza la Cuaresma… y durante los próximo 40 días debemos –al menos, a eso nos invita la Iglesia– esforzarnos más en la oración… renunciar a algunas cosas… y practicar la limosna… para que lo entiendas mejor, piensa que Dios tiene regalos maravillosos que darte… pero para poder recibirlos debes hacer espacio dentro de tu casa… dentro de tu corazón… de eso se trata este tiempo, de hacer espacio para las gracias y bendiciones que Él tiene guardadas para ti…
La oración es la forma de comunicarnos con Él… es un diálogo, no un monólogo, así que debemos dejar espacios de silencio donde sea Él quien nos hable… el escritor francés Georges Bernanos dijo: “De repente experimenté el silencio como una presencia. En el corazón de ese silencio estaba él, que es él mismo silencio, paz y serenidad”… lo que más me gusta de su explicación es que dice “experimenté”… a Dios hay que experimentarlo, hay que sentirlo, hay que dejarlo actuar en nuestra vida… mucha gente no lo conoce realmente porque no le ha experimentado… la Cuaresma es un tiempo especial para volvernos hacia Dios y comenzar –o profundizar, según sea el caso– nuestra relación con Él… a eso le llamamos “conversión”…
Una de las palabras que más escuchamos durante la Cuaresma es “ayuno”… esto es la privación de algún alimento en algunos días de la semana… por ejemplo: no comer carne los viernes… la idea del ayuno es renunciar a algo que nos gusta con el propósito de ofrecerle ese pequeño sacrificio a Dios… puedes pensarlo como una forma de decirle a tu mente, a tu cuerpo y a tu corazón que para ti, lo espiritual es más importante y va primero que lo físico o material… aunque la Iglesia nos exhorta a no comer carne los viernes, puedes hacer muchas clases de ayudo… por ejemplo, puedes privarte del café o de los postres o de ir al cine o de ver la tele o de cualquier otra cosa, lo importante es que te cueste un poco…
La otra forma de crecer espiritualmente durante la Cuaresma es la limosna… fíjate, en el punto anterior hablábamos de ayunar o privarnos de algunas cosas que nos gustan… pues la limosna es llevar ese sacrificio un poco más allá… por ejemplo, imagina que en lugar de comerte un pedazo de carne, decides comer una ensalada… o en lugar de ir al cine, te quedas en casa leyendo un buen libro (te recomiendo la Biblia, ninguno mejor en este tiempo de Cuaresma)… pues la idea es que la diferencia que dejaste de gastar en el pedazo de carne o la entrada al cine se la des a los más necesitados… así no sólo estás privándote de algo que te gusta, sino que estás siendo solidario con aquellos menos privilegiados que tú…
Durante estos 40 días hablaremos de muchas cosas y estoy seguro que abundaremos un poco más sobre la oración, el ayuno y la limosna… por ahora les deseo que este Miércoles de Ceniza puedan experimentar la presencia del Dios vivo en sus vidas… y experimentándolo, deseen volver su corazón totalmente a Él…
De Tengo Sed de Ti
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