“Un cristiano no puede vivir sin una vida de fe viva, sobrenatural... en todo lo que emprende.
En todos los momentos del día cree que Dios está con él, le ve... que le oye dirigiendo todas sus obras... que le toca... que Él le calienta, le sostiene, le fortalece, le conforta; y cree firmemente que con Él lo puede todo, sin Él nada...
Para el cristiano que camina en las alas de la fe no hay dificultades; todo lo vence, todo lo allana, “todo lo puede en aquel que le conforta”.
Ve realizarse mas milagros que si viese trasladarse las montañas: ve levantarse edificios espirituales de centenares y miles de almas muertas por el pecado y resucitadas por la vida de la gracia; ve levantarse edificios materiales sin elementos humanos; ve realizarse lo que parecían ensueños de oro; ve una mano omnipotente que, a la vez que le bendice, le conduce por los caminos de la vida que el dedo divino le trazara...
Se ve lleno de Dios, rodeado de Dios, siendo un pedazo de Dios colgado siempre de la voluntad de Dios para ejecutarla, y este Dios, tres veces Santo, une su voluntad divina a la de la pobre y débil criatura.”
Beata María Dolores Rodríguez Ortega Sopeña
Fuente: Tengo sed de Ti.
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