Dice San Pablo: "Pero no aprecio en nada la vida [es
verdad], con tal de completar mi carrera y el misterio que recibí del Señor
Jesús: dar testimonio del mensaje de la gracia de Dios" (Hechos 20, 24).
Esto es lo que el Señor pone en mi corazón y lo que deseo
hacer siempre y de todos modos, en cualquier situación de este mundo.
Por eso, al leer esta página de los Hechos, me siento
profundamente conmovido y tocado, y os deseo a cada uno de vosotros que la
sintáis como vuestra propia autobiografía, que releáis vuestra vida desde ella
y podáis acercaros a las afirmaciones de Pablo, demasiado elevadas para mí.
Ninguno de nosotros está exento de culpa en lo relativo a quienes se pierden.
Pero sabemos que la misericordia del Señor es grande y debemos, por tanto, tratar
de ayudar con todas las fuerzas a los que se pierden.
Nuestra Iglesia es hoy un poco temerosa a la hora de ayudar a
quien se aleja. Es precisa en los establecimiento de los límites, pero no es
tan valerosa para extender la mano a quien está fuera de los límites.
En cambio, debemos dedicarnos a anunciar el reino de Dios y
el mensaje de la gracia de Dios, es
decir, de su misericordia a todos los que vuelven a Él.
El corazón de Dios es inmenso y "aunque la conciencia
nos acuse, Dios es más grande que nuestra conciencia y lo sabe todo" (I
Juan 3-20).
Somos verdaderamente misericordiosos si aprendemos a sufrir
con quien sufre, a gozar con quien goza, a practicar siempre y en las
circunstancias más desfavorables la ética del no hacer daño, la ética del no hacer
sufrir a nadie por causa de nuestro juicio.
Preguntémonos: ¿llevo a quienes están a mi alrededor el
mensaje de la misericordia de Dios? ¿Es
amado Jesús también por mi causa, o bien hay algunas personas que se alejan,
que no comprenden porque no consiguen percibir el rostro de Cristo
misericordioso?
Ciertamente, también Jesús fue fuerte y decidido, pero
prevaleció siempre en Él la misericordia y la acogida. Oremos, pues, para que
nuestra Iglesia crezca en el conocimiento de los grandes dones de misericordia
que se le conceden.
"Las alas de la libertad" de Carlo María Martini
"Las alas de la libertad" de Carlo María Martini
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