Te buscamos, Señor, en el camino,
necesitamos tu presencia a nuestro lado.
Qué las lágrimas vienen constantemente
a nuestros ojos.
y tu mirada es el consuelo
para esta oscuridad que nos envuelve esta noche.
Te buscamos, Señor, en nuestras horas,
aguardamos aquí
tu gesto y tu palabra.
Que el silencio sepulta
los cantos de la aurora ya perdida
en este cementerio
sin estrellas que alarguen
nuestra vigilia hacia la luz.
En la meta, Señor, te encontraremos.
Esperamos beber de tu costado
y calmar esta sed que nos ahoga.
Que estamos muy cansados y en agobios
por este largo caminar y a oscuras
y ya sólo esperamos reclinar
la cabeza en tu pecho,
que se prolonguen más los sueños y fecunden.
Amén.
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