domingo, 7 de octubre de 2012

Jesús volvió el mundo del revés

Jesús no fue un reformador. No propuso algunas mejoras de las creencias y las prácticas religiosas de su tiempo, a la manera de un remiendo en un vestido viejo. 

Jesús volvió el mundo, tanto judío como gentil, del revés. Esto no significa que fuera un típico revolucionario en el sentido político de la palabra. Él no quería simplemente reemplazar a quienes estaban en el poder por otros que aún no estaban en el poder.

Él pretendía algo más radical que eso. Tomó todos los valores de su tiempo, en toda su variedad, y los volvió del revés. Estuvo empeñado en una revolución social, no en una revolución política; una revolución social que exigía una profunda conversión espiritual.

"Una revolución  social es la que vuelve del revés las relaciones sociales entre las personas en una sociedad. Una revolución política es la que cambia las relaciones de poder en una sociedad derrocando un gobierno y reemplazándolo por otro".

Jesús se vio a sí mismo como un profeta cuya misión inmediata era la introducción de una revolución social.
Albert Nolan  del libro Jesús, hoy. 

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