Aquí estoy, Señor,
en tu presencia.
Vengo a poner mi vida
entre tus manos,
a entregar mi alegría,
mi dolor, mi anhelo.
Hoy te entrego todo mi ser,
mi vida toda hasta el final,
con sus momentos dulces
y sus horas amargas.
Contigo y para siempre
quiero repetir la palabra
que tú dijiste al Padre:
en tus manos encomiendo mi vida
para que se cumpla en mí
tu santa voluntad. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario