jueves, 22 de septiembre de 2011

PLEGARIA CONTRA LAS SEDUCCIONES DEL MAL. SALMO 141

Buenos días Señor, ahora necesito orar, necesito pedirte ayuda y necesito que me ayudes a ser mejor.

Salmo de David. 
Yo te invoco, Señor, ven pronto en mi ayuda:
escucha mi voz cuando te llamo;
que mi oración suba hasta ti como el incienso,
y mis manos en alto, como la ofrenda de la tarde
.
 Coloca, Señor, un guardián en mi boca
y un centinela a la puerta de mis labios;
no dejes que mi corazón se incline a la maldad,
o a cometer delitos con hombres perversos.
¡No, nunca gustaré de sus manjares!

Que el justo me golpee como amigo y me corrija,
pero que el óleo del malvado no perfume mi cabeza:
yo seguiré oponiendo mi oración a sus maldades.


Pero mis ojos, Señor, están fijos en ti:
en ti confío, no me dejes indefenso.
Protégeme del lazo que me han tendido
y de las trampas de los que hacen el mal.
 ¡Caigan los malvados en sus propias redes,
mientras yo paso sin hacerme daño!

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