miércoles, 24 de agosto de 2011

Confianza en el consuelo que viene de Dios

“Yo cambiaré su duelo en risas, los consolaré y transformaré en alegría su dolor.”
Jeremías 31, 13

“Yo haré que cicatrice tu llaga, y sanaré tus heridas.” Jeremías 30, 17

“El que anda a oscuras y carece de claridad confíe en el nombre del Señor y apóyese en su Dios.”
Isaías 50, 10

“En lo excelso y sagrado yo moro, y estoy también con el humillado y abatido de espíritu, para avivar el espíritu de los abatidos, para avivar el ánimo de los humillados”.
Isaías 57, 15

“Clamarás, y Yahvé te responderá; pedirás socorro y dirá «aquí estoy».”
Isaías 58, 9

“Seréis alimentados, en brazos seréis llevados, sobre las rodillas seréis acariciados. Como aquél a quien su madre consuela, así yo os consolaré”. Isaías 66, 12-13

“¿Sufre alguno entre vosotros? Que ore.”
Santiago 5, 13
ORACIÓN
Lo que Jesús nos ofrece:
Si lloras, estoy deseando consolarte.
Si eres débil, te daré mi fuerza y mi energía.
Si nadie te necesita, yo te busco.
Si eres inútil, yo no puedo prescindir de ti.
Si estás vacío, mi plenitud te colmará.
Si tienes miedo, te llevo sobre mis espaldas.
Si quieres caminar, iré contigo.
Si me llamas, vengo siempre.
Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte.
R. Prieto
Fuente: Catholic.net

No hay comentarios:

Publicar un comentario