Hoy Señor, sabes que no me he levantado como a Ti te gustaría. Demasiado "yo", demasiado pensar en mí y en mis problemas, en dolerme de las cosas que no hago bien y luego me arrepiento. Y necesito pensar en Ti, en tu Amor, quiero que invadas mi corazón como el mar invade la playa y quiero amarte. Sobre todo necesito rezarte y que seas Tú el centro de mi vida, Tú y no yo. Esta oración de tu hijo amado Francisco es perfecta para estos momentos.
Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas.
Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres altísimo.
Tú eres rey omnipotente, tú eres Padre santo, Rey del cielo y de la tierra.
Tú eres trino y uno, Señor Dios, todo bien.
Tú eres el bien, todo bien, sumo bien, Señor Dios, vivo y verdadero.
Tú eres caridad y amor, tú eres sabiduría.
Tú eres humildad, tú eres paciencia, tú eres seguridad.
Tú eres quietud, tú eres gozo y alegría.
Tú eres justicia y templanza.
Tú eres todas nuestras riquezas a satisfacción.
Tú eres hermosura, tú eres mansedumbre.
Tú eres protector, tú eres custodio y defensor.
Tú eres fortaleza, tú eres refrigerio.
Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra.
Tú eres la gran dulzura nuestra.
Tú eres la vida eterna nuestra, grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso salvador.
Gracias Señor por poner en mis manos esta oración y en estos momentos, espero que sirva de ayuda a más personas en este y en otros días.
H. de Carmen
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