El año litúrgico cristiano se abre con las cuatro semanas de Adviento que antecede a la Navidad. Es el tiempo de la virtud de la esperanza cristiana, que se apoya en la conmemoración de la triple venida del Señor. Nos prepara para celebrar el acontecimiento histórico del alumbramiento de Cristo, nos recuerda que el Señor vendrá al final de los tiempos para revelar la plenitud de su obra que fue realizada al venir por primera vez en la humildad de nuestra carne y, mientras tanto, Jesucristo no nos ha abandonado, sino que se hace presente en nuestras vidas y en la presencia de los sacramentos de la Iglesia.
Monseñor Juan del Río.
En el Adviento avivamos el deseo de encontrarnos con Jesús y esperamos su venida definitiva. ¡Ven Señor, Jesús!
Debemos prepararnos, encontrar tiempo todos los días para la oración, para estar a solas con Él. Hay que acercarnos a Él, que nos puede ayudar. Si no hay una unión completa e íntima entre nosotros y Él no podemos hacer sus obras.
La luz de los hombres, la verdadera sabiduría viene de Jesucristo.
Pidamos a la Virgen que nos ayude a vivir este Adviento como quién espera al Señor en cualquier momento.
La luz de los hombres, la verdadera sabiduría viene de Jesucristo.
Pidamos a la Virgen que nos ayude a vivir este Adviento como quién espera al Señor en cualquier momento.