martes, 28 de febrero de 2012

La oración por Benedicto XVI

La verdadera oración no es en absoluto ajena a la realidad. Si orar os alienara, os sustrajera de vuestra vida real, estad en guardia: ¡no sería verdadera oración!

Al contrario: el diálogo con Dios es garantía de verdad, de verdad con uno mismo y con los demás, y así de libertad. Estar con Dios, escuchar su Palabra, en el Evangelio, en la liturgia de la Iglesia, defiende de los desaciertos del orgullo y de la presunción, de las modas y de los conformismos, y da la fuerza para ser auténticamente libres, también de ciertas tentaciones disfrazadas de cosas buenas.

 Me habéis preguntado: ¿cómo podemos estar «en» el mundo sin ser «del» mundo?
 Os respondo: precisamente gracias a la oración, al contacto personal con Dios. No se trata de multiplicar las palabras lo decía Jesús, sino de estar en presencia de Dios, haciendo propias, en la mente y en el corazón, las expresiones del «Padre Nuestro», que abraza todos los problemas de nuestra vida, o bien adorando la Eucaristía,meditando el Evangelio en nuestra habitación o participando con recogimiento en la liturgia.

 Todo esto no aparta de la vida, sino que ayuda a ser verdaderamente uno mismo en cada ambiente, fieles a la voz de Dios que habla a la conciencia, libres de los condicionamientos del momento. (Encuentro con los jóvenes, Benedicto XVI, 4 de julio de 2010)

lunes, 27 de febrero de 2012

ANTE LA OFENSA EL PERDON.

Les persiguen por amar a Dios por encima de todas las cosas , por seguir la Palabra de Cristo hasta las útimas consecuencias .
Por servir y acoger a " los más pobres  de entre los pobres ", que tanto amó la Beata Teresa de Calcuta, y por darles oportunidades de progreso .

En India,remanso aparente de paz y espiritualidad, cristianos, como tú y como yo, son victimas hoy del odio más irracional. "Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán" (Juan 15:20), dice Jesús. Acatando este mensaje el católico indio víctima del odio, del desprecio, de la violencia más cruel, responde con la única arma del autentico cristiano: la oracíón por quien nos ofende y el perdón incondicional.
Isabel
Mapa  de los paises donde los cristianos son perseguidos

¿Qué es la Cuaresma?

La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Domingo de Ramos, día que se inicia la Semana Santa. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.

La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.

En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.

La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada

viernes, 24 de febrero de 2012

Oración ante el Santísimo, primer jueves de cuaresma. Salmo 91 (90)

Mi vida entera está bajo tu protección, Señor, y quiero acordarme de ello cada hora y cada minuto, según vivo mi vida en la plenitud de mi actividad y en el descanso de tu cuidado.
No temerás el espanto nocturno,
ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que se desliza en las tinieblas,
ni la epidemia que de vasta a mediodía.

De día y de noche, en la luz y en la oscuridad, tú estás a mi lado, Señor. Necesito esa confianza para enfrentarme a los peligros que me acechan por todas partes. Este mundo no es sitio seguro ni para el alma ni para el cuerpo, y no puedo aventurarme solo en terreno enemigo. Quiero escuchar una y otra vez las palabras que me aseguran tu protección cuando empiezo un nuevo día al levantarme y cuando entrego mi cuerpo al sueño por la noche, para sentirme así seguro en el trabajo y en el descanso bajo el cariño de tu providencia.

No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos;
te llevarán en sus palmas,
para que tu píe no tropiece en la piedra.

Hermosas palabras llenas de consuelo. Hermoso pensamiento de ángeles que vigilan mis pasos para que no tropiece en ninguna piedra. Hermosa imagen de tu providencia que se hace alas y revolotea sobre mi cabeza con mensaje de protección y amor. Gracias por tus ángeles, Señor. Gracias por el cuidado que tienes de mí. Gracias por tu amor.

Y ahora quiero escuchar de tus propios labios las palabras más bellas que he oído en mi vida, que me traen el mensaje de tu providencia diaria como signo eficaz de la plenitud de la salvación que en ellas se encierra. Dilas despacio, Señor, que las escucho con el corazón abierto.

Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré, porque conoce mi nombre;
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré;

lo saciaré de largos días,
y le haré ver mi salvación.

Gracias, Señor.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Rosa nos recomienda un libro de meditación

Quisiera recomendar un libro de meditación que para el tiempo de cuaresma puede estar muy bien. Se titula "la libertad interior" de Jacques Philippe. Editoiral PATMOS.

Es un libro sencillo que pretende descubrir cual es la verdadera felicidad aunque en nuestra vida  haya muchas cosas que nos hagan sufrir.

Podeis encontrarlo fácilmente en la papelería de CECADI c/ San Buenaventura 4.

Muchas gracias Rosa, lo tendremos muy en cuenta.

ORACION DE MADRE TERESA DE CALCUTA

Que hoy reine la paz .
Que confies en Dios en que estás exactamente donde tienes que estar .
Que no olvides las infinitas posibilidades que nacen de la fe .
Que utilices aquellos dones que has recibido y que compartas el amor que te ha sido dado .
Que estés contento de saber que eres un hijo de Dios .
Deja que esta presencia de asiente en tus huesos y le permita a tu alma la libertad de cantar, bailar , orar y amar .Madre Teresa de Calcuta .

Nos la recomienda Isabel

domingo, 19 de febrero de 2012

El peor mal de todos anida en el corazón del hombre

El peor mal de todos anida en el fondo del corazón del hombre. Y Jesús así nos lo deja ver cuando le presentan al paralítico. Antes de preocuparse por su enfermedad física, se compadece de su mal moral: "Confía, hijo -le dice-Tus pecados te son perdonados". Ése es el verdadero mal del ser humano, la causa y raíz de todos sus problemas: el pecado que lo esclaviza y paraliza. Y Cristo, Señor de la vida, va a liberar a ese hombre de su mal, comenzando a curar la parálisis de su alma.

Los escribas y fariseos, que escuchan a Jesús, comienzan a murmurar de Él: “Éste blasfema. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?”. Y Jesús no desmiente esa afirmación. Pero les va a demostrar enseguida, con sus obras, que Él tiene ese poder que sólo pertenece a Dios, porque Él es verdaderamente el Hijo de Dios: “¿Qué es más fácil decir: tus pecados te son perdonados, o decir levántate y anda? Pues para que vean que el Hijo del hombre tiene en latierra poder de perdonar los pecados, le dijo al paralítico: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Sus obras, sus milagros son sólo una manifestación exterior de lo que su palabra y su poder operan realmente en el interior del ser humano.

¿Por qué, entonces, muchos cristianos dicen que no necesitan confesarse? ¿Que cómo Cristo los va a perdonar a ellos? O que ellos se confiesan en "línea directa" con Dios. Jesús acaba de hacer una confesión sacramental con este hombre. Y les mandó a sus apóstoles hacer ellos lo mismo: "A quienes les perdonen los pecados, les serán perdonados; y a quienes se los retengan, les quedan retenidos" (Jn 20,23). La palabra de Cristo es eficaz y Él sana de verdad las heridas más profundas del alma, nos libera de nuestros males y de nuestras angustias. Nos da vida eterna.

Pero, para ello, nos son necesarias tres cosas muy sencillas: tener fe en Él. Confianza en su poder y en su gracia, en su amor redentor y transformante. Y acercarnos a Él con la humildad del paralítico, sabiendo que Él nos dará la vida que tanto anhelamos.
P.Sergio Córdova

Señor, dame un corazón transparente como el tuyo.

Señor,
limpia mi corazón,
limpia lo empañado de mi corazón,
ilumina lo oscuro de mi corazón...

Señor, dame un corazón transparente como el tuyo.

Señor,
purifica mi corazón,
limpia mi mente de juicios negativos
y segundas intenciones,
libera micorazón de los apegos.

Señor, dame un corazón transparente como el tuyo.

Señor,
transforma mi corazón y mi mente,
que mis ruidos se silencien,
que lo complicado se simplifique,
que mi oscuridad se ilumine.

Señor,
dame un corazón limpio y transparente,
dame un corazón libre de apegos y prejuicios,
dame un corazón sencillo y humilde...

Señor, dame un corazón transparente como el tuyo.

Señor,
ábreme los ojos del corazón
para descubrirte en mi alma,
para descubrirte en el corazón de los demás.

Señor,
ábreme los ojos iluminados del corazón
para descubrirte en todas las cosas....

Señor, dame un corazón transparente como el tuyo.

Del libro "En ti vivimos Señor" De Manuel J. Fernández

jueves, 16 de febrero de 2012

ORACION DE MADRE TERESA DE CALCUTA


Que hoy reine la paz .
Que confies en Dios en que estás exactamente donde tienes que estar .
Que no olvides las infinitas posibilidades que nacen de la fe .
Que utilices aquellos dones que has recibido y que compartas el amor que te ha sido dado .
Que estés contento de saber que eres un hijo de Dios .
Deja que esta presencia de asiente en tus huesos y le permita a tu alma la libertad de cantar, bailar , orar y amar .
Madre Teresa de Calcuta
Mandado por Isabel

¿Quién es Cristo para mí?

«Según todos los evangelistas, la confesión de Simón sucedió en un momento decisivo dela vida de Jesús, cuando, después de la predicación en Galilea, se dirige decididamente a Jerusalén para cumplir, con la muerte en la cruz y la resurrección, su misión salvífica.

 Los discípulos se ven implicados en esta decisión: Jesús los invita a hacer una opción que los llevará a distinguirse de la multitud, para convertirse en la comunidad de los creyentes en él, en su "familia", el inicio de la Iglesia.
Hay dos modos de "ver" y de "conocer" a Jesús: uno, el de la multitud, más superficial; el otro, el de los discípulos, más penetrante y auténtico. Con la doble pregunta: "¿Qué dice la gente?", "¿qué decís vosotros de mí?, Jesús invita a los discípulos a tomar conciencia de esta perspectiva diversa. La gente piensa que Jesús es un profeta. Esto no es falso, pero no basta; es inadecuado. En efecto, hay que ir hasta el fondo; es preciso reconocer la singularidad de la persona de Jesús de Nazaret, su novedad.

 También hoy sucede lo mismo: muchos se acercan a Jesús, por decirlo así, desde fuera. Grandes estudiosos reconocen su talla espiritual y moral y su influjo en la historia de la humanidad, comparándolo a Buda, Confucio, Sócrates y a otros sabios y grandes personajes de la historia. Pero no llegan a reconocerlo en su unicidad. Viene a la memoria lo que Jesús dijo a Felipe durante la última Cena: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? (Jn 14, 9).

 A menudo Jesús es considerado también como uno de los grandes fundadores de religiones, de los que cada uno puede tomar algo para formarse una convicción propia. Por tanto, como entonces, también hoy la "gente" tiene opiniones diversas sobre Jesús.

 Y como entonces, también a nosotros,discípulos de hoy, Jesús nos repite su pregunta: "Y vosotros ¿quién decís que soy yo?". Queremos hacer nuestra la respuesta de san Pedro. Según el evangelio de san Marcos, dijo: "Tú eres el Cristo" (Mc 8, 29); en san Lucas, la afirmación es: "El Cristo de Dios" (Lc 9, 20); en san Mateo: ”Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16); por último, en san Juan:  "Tú eres el Santo de Dios" (Jn 6, 69). Todas esas respuestas son exactas y valen también para nosotros». (Benedicto XVI, Homilía del 29 de junio de 2007).

miércoles, 15 de febrero de 2012

El amor de Dios es más fuerte que cualquier mal por Benedicto XVI

Como cada domingo, el Santo Padre se asomó hoy a la ventana de su estudio, en el Palacio Apostólico, para rezar el Ángelus con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro. Benedicto XVI introdujo la oración mariana recordando que “Jesús, en su vida pública, curó muchos enfermos, revelando que Dios quiere para el hombre la vida, la vida en plenitud”.

El Evangelio de hoy muestra a Jesús “en contacto con la enfermedad considerada como la más grave en aquellos tiempos”, la lepra, que hacía a la persona “impura” y la excluía de las relaciones sociales. Mientras Jesús predicaba en Galilea, un leproso se le acercó pidiéndole la curación. “Jesús no rehúsa el contacto con ese hombre -señaló el Papa-; por el contrario, impulsado por una profunda participación en su condición, extiende la mano y lo toca, superando la prohibición legal, y le dice: `Lo quiero, sé purificado`. En este gesto y en estas palabras de Cristo está toda la historia de la salvación, está encarnada la voluntad de Dios de curarnos, de purificarnos del mal que nos desfigura y estropea nuestras relaciones”.

“En ese contacto entre la mano de Jesús y el leproso -continuó el Pontífice-, se abate toda barrera entre Dios y la impureza humana, entre lo Sagrado y su opuesto, no para negar el mal y su fuerza negativa, sino para demostrar que el amor de Dios es más fuerte que cualquier mal, incluso el más contagioso y horrible. Jesús ha tomado sobre Sí nuestras enfermedades, se ha hecho `leproso` para que nosotros fuéramos purificados. (…) La victoria de Cristo es nuestra curación profunda y nuestra resurrección a una vida nueva”.

Finalmente, Benedicto XVI animó a los fieles a rezar a la Virgen María: “A través de su madre, Jesús viene a nuestro encuentro para librarnos de toda enfermedad del cuerpo y del alma. Dejémonos tocar y purificar por Él, y seamos misericordiosos con nuestros hermanos”.  

martes, 14 de febrero de 2012

Curación del leproso

“Vino hacia Él un leproso que, suplicando de rodillas, le decía: ‘Si quieres, puedes limpiarme'”. 
 
La lepra fue siempre una enfermedad dramática, de indescriptible sufrimiento físico y graves secuelas sociales. Además, en esos tiempos era incurable la mayoría de las veces.
La lepra era la enfermedad más temida por los judíos, y muchas veces la creían un castigo de Dios;cuando se indignaban contra alguien, sólo le deseaban esta plaga en casos extremos .
Al ser declarado impuro por el sacerdote, el leproso era inmediatamente excluido de las relaciones sociales.
El leproso del Evangelio de hoy debía tener un tanto de vida interior, hallándose habituado de cierto modo a la oración. Por eso, al arrodillarse manifiesta en el fondo la misma fe y humildad del centurión cuando dijo a Jesús: “Señor, no soy digno” (Mt 8,8).

 Enternecido, Jesús extendió su mano, le tocó y dijo: ‘Quiero, queda limpio'. Al instante desapareció la lepra y quedó limpio”.
La reacción de Jesús no fue de extrañeza, mucho menos de desprecio ni de horror, sino de compasión
Al tocar al leproso, hace aún más evidente su ternura hacia él. “¿Por qué ‘le tocó' el Señor, cuando la ley prohibía tocar a los leprosos?” —pregunta Orígenes, y responde— “Le tocó para mostrar que ‘todas las cosas son limpias para el limpio' (Tt 1, 15), ya que la suciedad de unos no se adhiere a otros, ni la inmundicia ajena mancha a los inmaculados. Además le tocó para demostrar humildad, para enseñarnos a no despreciar a nadie, para no odiar a nadie, para no despreciar a nadie en razón de las heridas o manchas del cuerpo, que son una imitación del Señor y fue por lo que Él mismo lo hizo… Al extender la mano para tocarle, la lepra desapareció; la mano del Señor no encontró la lepra, sino que tocó un cuerpo ya curado.
Consideremos ahora nosotros, queridísimos hermanos, que no haya en nuestra alma la lepra de ningún pecado; que no retengamos en nuestro corazón ninguna contaminación de culpa, y si la tuviéramos, al instante adoremos al Señor y digámosle: ‘Señor, si quieres, puedes limpiarme' (Mc 1, 40)”.
Jamás debemos desesperar de la cura para nuestras miserias espirituales. Por peores que éstas puedan ser, nunca podrán superar el infinito poder de Dios, a quien le bastará siempre un mero acto de voluntad.

viernes, 10 de febrero de 2012

CONFIANZA EN DIOS

“No te inquietes  por las dificultades de la vida, por sus altibajos, por sus decepciones, por su porvenir más o menos sombrío…
¡Quiere… lo que Dios quiere para ti!

Ofrécele,  en medio de inquietudes y dificultades,
el sacrificio de tu alma sencilla que,
pese a todo,  acepta los designios de su Providencia…

Despreocúpate,  confiando ciegamente en ese Dios  que te quiere para Sí,
y que está en ti aunque jamás lo veas.
Piensa que estás  en sus manos, tanto más firmemente agarrado,
cuanto más decaído y triste te encuentres.

¡Vive feliz! ¡Te lo suplico!

Que nada sea capaz de quitarte tu paz,
Conserva siempre sobre tu rostro, una dulce sonrisa,
reflejo de la que el Señor continuamente te dirige.
Que nada sea capaz de quitarte tu paz,
ni la fatiga psíquica, ni tus fallas morales... 

 Y en el fondo de tu alma, coloca, antes que nada,
como fuente de energía y criterio de verdad,
todo aquello que te llene de la Paz de Dios.

Recuerda:
Cuanto te reprime o inquieta es FALSO y desaparecerá...
Es PASAJERO…
Te lo aseguro en nombre de las Leyes de la Vida
y de las Promesas de Dios.

Por eso, cuando te sientas apesadumbrado y triste …
¡ Sólo Adora y Confía !
Dios nos pone pruebas,  éstas son para purificarnos
y probarnos a nosotros mismos  de todo lo que somos capaces…
como Hijos Benditos de Dios.

¡Así que amemos lo que Dios ha querido hoy para nosotros!

De Teilhard de Chardin

jueves, 9 de febrero de 2012

Abrirnos a Dios

Señor, ayúdame a ser consciente de la importancia de encontrarme contigo para poder hallar la paz que mi alma anhela.

Meditación del Papa

Entre esos lugares (para aprender la esperanza) se encuentra en primer lugar la oración, con la que nos abrimos y nos dirigimos a Aquel que es el origen y el fundamento de nuestra esperanza. La persona que ora nunca está totalmente sola, porque Dios es el único que, en toda situación y en cualquier prueba, siempre puede escucharla y prestarle ayuda. Con la perseverancia en la oración, el Señor aumenta nuestro deseo y dilata nuestra alma, haciéndonos más capaces de acogerlo en nosotros. Por tanto, el modo correcto de orar es un proceso de purificación interior. Debemos exponernos a la mirada de Dios, a Dios mismo; así, a la luz del rostro de Dios caen las mentiras y las hipocresías. Este exponerse en la oración al rostro de Dios es realmente una purificación que nos renueva, nos libera y nos abre no sólo a Dios, sino también a nuestros hermanos. Por consiguiente, es lo opuesto a evadirnos de nuestras responsabilidades con respecto al prójimo. Al contrario, en la oración aprendemos a tener el mundo abierto a Dios y a ser ministros de la esperanza para los demás, porque hablando con Dios vemos a toda la comunidad de la Iglesia, a la comunidad humana, a todos nuestros hermanos; así aprendemos la responsabilidad con respecto a los demás y también la esperanza de que Dios nos ayuda en nuestro camino. » (Homilía del Papa Benedicto XVI, Basílica de San Juan de Letrán, 9 de junio de 2008).

"Para que la oración sea realmente fructuosa, ha de brotar del corazón y debe ser capaz de tocar el corazón de Dios"
(Madre Teresa de Calcuta)

lunes, 6 de febrero de 2012

JESÚS ES CAPAZ DE REMEDIAR TODAS NUESTRAS MISERIAS

Evangelio de la curación de la suegra de Pedro

Aquí podemos ver toda la importancia de la pastoral de los enfermos, cuyo valor es verdaderamente incalculable por el bien inmenso que hace, en primer lugar al enfermo y al sacerdote mismo, pero también a los familiares, a los conocidos, a la comunidad y, por caminos desconocidos y misteriosos, a toda la Iglesia y al mundo. En efecto, cuando la Palabra de Dios habla de curación, de salvación, de salud del enfermo, entiende estos conceptos en sentido integral, sin separar nunca alma y cuerpo: un enfermo curado por la oración de Cristo, mediante la Iglesia, es una alegría en la tierra y en el cielo, es una primicia de vida eterna. Queridos amigos, como escribí en la encíclica Spe salvi, "la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre. Esto es válido tanto para el individuo como para la sociedad". Al instituir un dicasterio dedicado a la pastoral sanitaria, la Santa Sede quiso ofrecer su propia contribución también para promover un mundo más capaz de acoger y atender a los enfermos como personas. De hecho, quiso ayudarles a vivir la experiencia de la enfermedad de manera humana, no renegando de ella, sino dándole un sentido. (Benedicto XVI, 11 de febrero de 2010).

¿Cuáles son nuestras enfermedades personales?

 Si éstas son físicas, Jesús tiene el poder de curarlas definitivamente, porque Él es el Señor de la vida.

Y si son espirituales, Él es el Hijo de Dios, y es capaz de expulsar cualquier tipo de demonios del alma.

Y si son emocionales, Él ya ha vencido con su cruz todo dolor y sufrimiento humano, y se ha convertido en la fuente de nuestra verdadera paz.

Si nuestra enfermedad se llama "depresión", Él es el remedio seguro de nuestras tristezas y abatimientos, porque en su Getsemaní ya pagó el precio de todas nuestras angustias.
 Y si tenemos un demonio llamado "orgullo", aprendamos de Él, que es manso y humilde de corazón. Y si tenemos una duda de muerte, Él ya venció todas nuestras tinieblas con su luz y su gloriosa resurrección. En una palabra, ¡Él es infinitamente poderoso, es el Dios omnipotente, y es capaz de remediar todas nuestras miserias!

P.Sergio Cordova

viernes, 3 de febrero de 2012

Presentación de Jesús en el templo

Celebramos la fiesta litúrgica de la Presentación de Jesús en el templo. Cuarenta días después del nacimiento de Jesús, María y José lo llevaron a Jerusalén, siguiendo las prescripciones de la Ley de Moisés. En efecto, todo primogénito, según las Escrituras, pertenecía al Señor y, por tanto, había que rescatarlo con un sacrificio. En este acontecimiento se manifiesta la consagración de Jesús a Dios Padre y, unida a ella, la de María Virgen. ( Benedicto XVI )

Jesús no solo se hizo hombre como nosotros, también quiso acatar  la ley de Moisés. Sus padres, como otros padres judíos, lo llevaron al templo para rescatarlo con un sacrificio, podía ser un cordero o  un par de tórtolas para los pobres.

José y María rescataron a Jesús con un par de tórtolas; además de hacerse hombre se hizo pobre, vino al mundo por todos, pero muy especialmente por los pobres y necesitados. Y Él era el cordero del sacrificio que moriría en la cruz por nuestros pecados.

Jesús quiso hacerse semejante a nosotros, excepto en el pecado, por eso nos comprende tan bien, por eso debemos acudir a Él en los momentos difíciles, por eso debe ser nuestro Amigo más querido, Él nunca nos abandona y es nuestra unión con el Padre.
H. de Carmen

Levantar el corazón

No podemos realizar tantas cosas que desearíamos... A veces, por factores que escapan a nuestro control. Otras veces, por culpa nuestra. Fallamos en la organización, o quisimos ir más allá de nuestras posibilidades, o prometimos lo que no podíamos dar, o dejamos de lado el propio deber para encontrarnos, al final, sin recursos y sin tiempo.

Al llegar a una situación de fracaso, el corazón corre el riesgo de hundirse. Duele no conseguir un deseo fuertemente anhelado. Duele ver fracasar una obra que prometía tantos resultados. Duele descubrir que las manos están vacías y que no se ha conseguido prácticamente nada.

Son momentos en los que quisiéramos llorar. Será, tal vez, con lágrimas de pena, sobre todo si le hemos fallado a otros. Será, puede ocurrirnos, con lágrimas de amargura, que nos atan todavía más a la desesperanza. Será, ojalá, con lágrimas de quien mira al cielo y pide ayuda.
Porque en lo más hondo de la fosa cualquier cristiano puede levantar el corazón y recordar que Dios vino para todos. También para quien fracasa y siente en su alma pena por sí mismo y pena por otros.

Miramos, entonces, hacia el cielo. Descubrimos que allí se encuentra un Sumo Sacerdote que fue en todo, menos en el pecado, semejante a nosotros. Sentimos la seguridad de que podemos encontrar un ancla que nos acerque a la morada eterna y segura, la que nos ha preparado para siempre Cristo (cf. Heb 6,18-20; Jn 14,1-3).
Entonces llega el momento de tomar, nuevamente, el arado. No mirar hacia atrás, pues queda mucho camino por recorrer. No llorar con amargura, porque las lágrimas sólo sirven si nos acercan al consuelo divino y nos permiten volver a empezar. No sentirnos nunca solos, porque tenemos siempre a nuestro lado, también después de un fracaso, a un Amigo bueno, fiel, dispuesto a consolarnos.
P. Fernando Pascual

miércoles, 1 de febrero de 2012

ORACIÓN DE LA MAÑANA

Buenos días, Señor, a ti el primero
encuentra la mirada
del corazón, apenas nace el día:
Tú eres la luz y el sol de mi jornada.

Buenos días, Señor, contigo quiero
andar por la vereda:
Tú, mi camino, mi verdad, mi vida,
Tú, la esperanza firme que me queda.

Buenos días, Señor, a ti te busco
levanto a ti las manos
y el corazón, al despertar la aurora:
quiero encontrarte siempre en mis hermanos.

Buenos días, Señor, resucitado,
que traes la alegría
al corazón que va por tus caminos,
¡vencedor de tu muerte y de la mía!

Gloria al Padre de todos, gloria al Hijo, y al Espíritu Santo;
Por los siglos te alabe nuestro canto.
Amén