jueves, 24 de diciembre de 2009

!!! FELIZ NAVIDAD!!!


Según el Papa Benedicto XVI Jesús, al nacer en la pobreza de Belén, ofrece a todo hombre y mujer la verdadera felicidad.
El Pontifice invita a todos a reflexionar sobre el acontecimiento extraordinario que cambió el rumbo de la historia: el nacimientodel Redentor.
“Que el Niño Jesús, al nacer entre nosotros, no nos encuentre distraídos o dedicados simplemente a decorar de luces nuestras casas. Decoremos más bien en nuestro espíritu y en nuestras familias una digna morada en la que El se sienta acogido con fe y amor”.

Discurso del Papa Benedicto XVI el 18 de diciembre de 2009



En su discurso en francés a la delegación de Vallonia, Bélgica, llegada a Roma para hacer entrega del tradicional abeto de Navidad que adorna la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI explicó que así como este árbol luminoso, el hombre también debe testimoniar con su vida a "la verdadera Luz que viene a este mundo" hecha carne en el Niño Jesús.
En sus palabras, el Santo Padre explicó que "en el bosque, los árboles están cerca unos de otros y cada uno de ellos contribuye a hacer del mismo un lugar lleno de sombras, oscuro a veces".
"Ustedes –continuó– de entre una multitud de ellos, han escogido un abeto majestuoso que ofrecen hoy y que está iluminado y cubierto de decoraciones centellantes que parecen ser frutos maravillosos. Al dejar su vestidura sombría por una fulgurante, se ha transfigurado y se convierte en un portador de una luz que no es solo eso sino que da testimonio de la verdadera Luz que viene a este mundo".
El Papa dijo luego que "el destino de este árbol es comparable al de los pastores: velando en las tinieblas de la noche, se ven iluminados por el mensaje de los ángeles. La suerte de este árbol es comparable así al nuestro, que estamos llamados a llevar los buenos frutos para manifestar que el mundo ha sido verdaderamente visitado y redimido por el Señor".
Benedicto XVI resaltó además que "revestido desde la base, este abeto manifiesta, a su manera, la presencia del gran misterio presente en el simple y pobre lugar de Belén. A los habitantes de Roma, a todos los peregrinos, a todos los que llegan a la Plaza de San Pedro a través de la televisión del mundo entero, él proclama la venida del Hijo de Dios".
A través de él, prosiguió el Papa, "el suelo de vuestra tierra y la fe de las comunidades cristianas de vuestra región saludan al Niño Dios, Él que ha venido a hacer todas las cosas nuevas y a llamar a todas las criaturas, desde las más humildes hasta las más elevadas, a entrar en el misterio de la Redención y asociarlas a él".
Finalmente y tras recordar que la luz de la fe ya brilla en Bélgica y que deben seguir iluminándola cada vez con más fuerza, el Santo Padre agradeció nuevamente por el regalo del tradicional abeto y exclamó: "¡Que el Señor os bendiga, así como a vuestra región y a toda Bélgica!"

domingo, 13 de diciembre de 2009

De las catequesis de San Cirilo de Jerusalén, Las dos venidas de Cristo

Anunciamos la venida de Cristo, pero no una sola, sino también una segunda, mucho más mágnifica que la anterior. La primera llevaba consigo un significado de sufrimiento; esta otra, en cambio, llevará la diadema del reino divino. Pues casi todas las cosas son dobles en nuestro Señor Jesucristo. Doble es su nacimiento: uno, de Dios, desde toda la eternidad; otro, de la Virgen, en la plenitud de los tiempos. Es doble también su descenso: el primero, silencioso, como la lluvia sobre el vellón; el otro, manifiesto, todavía futuro.

En la primera venida fue envuelto con fajas en el pesebre; en la segunda se revestirá de luz como vestidura . En la primera soportó la cruz, sin miedo a la ignominia; en la otra vendrá glorificado, y escoltado por un ejército de ángeles.
No pensamos, pues, tan sólo en la venida pasada; esperamos también la futura. Y, habiendo proclamado en la primera: Bendito el que viene en nombre del Señor, diremos eso mismo en la segunda; y, saliendo al encuentro del Señor con los ángeles, aclamaremos, adorándolo: Bendito el que viene en nombre del Señor.
El Salvador vendrá, no para ser de nuevo juzgado, sino para llamar a su tribunal a aquellos por quienes fue llevado a juicio. Aquel, que antes, mientras era juzgado, guardó silencio refrescará la memoria de los malhechores que osaron insultarle cuando estaba en la cruz, y les dirá: Esto hicisteis y yo callé. Entonces por razones de su clemente providencia, vino a enseñar a los hombres con suave persuasión; en esta ocasión, futura, lo quieran o no, los hombres tendrán que someterse necesariamente a su reinado.

jueves, 3 de diciembre de 2009

ADVIENTO, UNA ORACIÓN


Señor, abre mis oídos a tu Palabra.

Señor, despierta mi corazón a la esperanza.

Tú vienes, vienes siempre a mi encuentro.

Tú vienes siempre con amor.

Haz que me ponga en camino para recibirte.

Te abriré la puerta de mi vida.

Nos daremos el abrazo entrañable.

Y al oír los pasos de tantos caminantes del mundo,

me sentiré hermano de todos y

compartiré con ellos mi paz y mi esperanza.

Amén.