Un amig@ nos ha dejado en comentarios una cita de San Agustín para que reflexionemos, y qué cita: "Conócete, acéptate, supérate".
Para concernos de verdad, necesitamos llegar hasta lo más recóndito de nuestra alma y nuestro corazón, debemos ir quitando todas las capas que utilizamos para protegernos de los demás y de nosotros mismos. Solo lo lograremos con la ayuda de Dios, no teniendo miedo de lo que nos vayamos a encontrar.
Una vez que nos hemos conocido un poco más, debemos aceptarnos como somos, si Dios nos quiere con nuestras virtudes y nuestros defectos, ¿por qué nos es tan dificil a nosotros aceptarnos?, ¿por qué intentamos engañarnos a nosotros mismos?, ¿por qué nos da tanto miedo mirar en nuestro interior?.
Solo si nos conocemos y nos aceptamos podremos superarnos y conseguir acercarnos un poquito más a nuestro Señor.
MEMM
Tres palabras que pueden ocupar una vida,y cuantas veces vivimos estancados en una parte del camino.Hacer ese camino con Dios, es hacerlo en la mejor compañia,y con su ayuda desprendernos de esas capas que ocultan nuestra verdad a los demas y a nosotros mismos.
ResponderEliminar¿Por qué nos engañamos?,porque nos da miedo mirarnos,nos asusta nuestra verdad,nuestra debilidad...nos da miedo no poder aceptarnos.
Pero si decidimos caminar por la vida de la mano de Jesús,dando pasitos o "cojeando por el camino",pero a su lado:podremos,seguro que podremos.
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Conócete, acéptate, supérate":
ResponderEliminarTres palabras que pueden ocupar una vida,y cuantas veces vivimos estancados en una parte del camino.Hacer ese camino con Dios, es hacerlo en la mejor compañia,y con su ayuda desprendernos de esas capas que ocultan nuestra verdad a los demas y a nosotros mismos.
¿Por qué nos engañamos?,porque nos da miedo mirarnos,nos asusta nuestra verdad,nuestra debilidad...nos da miedo no poder aceptarnos.
Pero si decidimos caminar por la vida de la mano de Jesús,dando pasitos o "cojeando por el camino",pero a su lado:podremos,seguro que podremos.
Publicado por Anónimo para Jesús, ayer, hoy y siempre a las 10 de febrero de 2010 00:06